12 mayo, 2009

La modorra nacional




Estoy sentado frente al ordenador, suenan Al Kooper & Mike Bloomfiled en el disco grabado de su concierto en el Fillmore East el 13 de diciembre de 1968, cuyas cintas estuvieron "distraídas" un cierto tiempo, motivando su título "El concierto perdido".
Perdidos, ¡estamos perdidos!, una ojeada a la prensa del día, que presenta al ¿respetable? el llamado "Debate sobre el estado de la Nación" me lo confirma; he aquí el tinglado de la antigua farsa, que dijo el poeta...
El día es primaveral, casi ha llegado a su cénit, la música y el humo conforman un estado proclive al ensoñamiento y a la cavilación: recuerdo...
Soy un niño de 8 años, vivo en el domicilio familiar, por entonces sito en la "ciudad olívica". Carmen, la chica que trabaja en casa, entonces se denominaban chachas, ha vuelto al hogar descalza; un zapato bajo el brazo, el otro quedó en el escenario del Teatro García Barbón. Arrojado, en un momento de popular arrebato justiciero, a la "mala malísima" de la adaptación teatral del serial radiofónico "Ama Rosa", allí estrenado.
Ama Rosa fue un serial radiofónico transmitido a diario a las cinco de la tarde por la Cadena SER y estrenado en 1959, con guiones de Guillermo Sautier Casaseca. El serial narraba las desventuras de Rosa Alcázar quien ante la perspectiva de una presunta muerte inminente, entrega su hijo recien nacido a los de la Riva, una familia acomodada. El amor de esa madre, finalmente, la llevará a colocarse como ama de cría de la familia y por tanto guardiana de su propio hijo*. La truculencia de la trama motivaba con frecuencia el llanto en las radioyentes, ya que la audiencia de la serie era mayoritariamente femenina, si no recuerdo mal.
El punitivo zapatazo supuso el triunfo de Talía sobre la realidad, que suplantó en el universo particular de lo más naïf del aforo teatral. La constatación de que el inmortal Calderón tenía razón: el sueño soñado en el escenario cruzó el foso invadió el patio de butacas y por un momento conformó los particulares ensueños vitales de la concurrencia, al menos los de Carmen y otros: al parecer el elenco actoral cosechó más "regalos" que un torero en tarde triunfal, salvo en lo que a habanos respecta.
En nuestros días, el arte de Talía descolla en la política tanto o más que entre bambalinas, informando la oficialidad cotidiana; hoy se representa en el escenario mediático de la Carrera de San Jerónimo la antedicha función, a estas alturas mas resobada que manida, en la que los cómicos travestidos en padres de la patria, escenificarán el control parlamentario del ejecutivo de nuestra estupefaciente democracia, con un ojo puesto en los próximos comicios electorales, les va la nómina en ello.
Y nuevamente, aunque ahora fruto de cansino adoctrinamiento mediático, el sueño de Sus Señorías traspasará el salón de sesiones y formará parte de los sueños particulares que conforman la siesta colectiva que es España: Dª María se indignará por la gran bellaquería que supone expender a menores un determinado específico en las boticas, mientras que Yésica respirará aliviada por la seguridad añadida que significa la pildora postcoital, ante los homenajes que le dispensa su "churri" a la menor ocasión. Pepe se encampanará con el paro rampante propiciado por la crisis de los codiciosos y D. José lamentará hasta las lágrimas que lo costoso del despido laboral le impida crear empleo en su empresa sujeta a E.R.E.; así ad libitum.
España, entidad nebulosa, "discutida y discutible" se ha transformado en una realidad onírica, soñada a general placer por los españoles que, soñando, viven en una moderna y dinámica sociedad regida por un campechano monarca, que supervisa el correcto funcionamiento institucional, basado en la contraposición e independencia de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, que garantiza a todos la libertad y dignidad políticas, previniendo el abuso y el privilegio. Un encanto onírico que lleva durando la tira y que a mi no me convence ni distrae, forzado a compartirlo por lo inane de la mayoría de mis compatriotas.
El proximo 7 de junio los españoles soñarán que eligen a sus representantes en la U.E. yo, en uso de mi propia libertad y soberanía, soñaré que una vez levantado de la cama dedicaré el día a lo que me plazca, sin molestarme en ir a mi colegio electoral a ratificar lista de partido alguna.
El proximo 7 de junio, soñando estar despierto, tengo decidido abstenerme de votar.

¡Que voten ellos, los durmientes!

Krlos Vilamallén

*Wikipedia