23 diciembre, 2007

LA TRAMPA DE LAS LISTAS ABIERTAS






Que con buenas intenciones se han causado los mayores daños es una evidencia histórica difícilmente cuestionable, y en el actual discurso político oficial, ante la hecatombe manifiesta de la ruindad institucional y “constitucional” típicamente defensiva de quienes apalancan este régimen de partidos, unos pocos se aferran a una reformista tabla de salvación que acabe con el déficit democrático que ya no se puede esconder: El cambio del sistema de listas cerradas y bloqueadas de partidos por otro de listas abiertas, también de partidos.


Se trata de una burda simplificación intelectual ajena al control ciudadano sobre el representante, ya que la adopción del sistema de listas abiertas de partido, no resuelve el problema de la representación y responsabilidad del elegido frente al elector, resultando que, en cualquier caso, para ser elegido, habría forzosamente que pertenecer a la lista de un partido concreto que lo incluya.


Efectivamente, para poder ser elegido, el partido, verdadero y único sujeto de la acción política, seguiría diseñando el “menú” de elegidos a incluir en dichas listas a través de sus cúpulas, por lo que la separación entre la sociedad civil y política se mantendría de igual forma que en el actual sistema de listas cerradas, ya que el poder último, la mal llamada “soberanía”, residiría en última instancia en el partido y no en el ciudadano. Exactamente igual que ahora.


Dar carta de validez al cambio de unas listas cerradas a otras abiertas como simple solución al problema representativo supone expreso reconocimiento de que el sujeto político sea el propio partido y no el ciudadano, que únicamente puede ejercer la acción política a través de aquel, quedando de nuevo a merced de una clase política generada por la oligarquía de partidos, donde la promoción dentro y fuera del grupo partitocrático se consigue con instrumentos tan característicos como el servilismo y el pactismo.


Ello no viene a significar la maldad intrínseca de los partidos políticos, cuya utilidad vehicular de las ideas y aspiraciones ciudadanas es evidente y asumida por cualquier demócrata, sino que lo sancionable es su posición como titulares del monopolio de la política insertándose en el estado como verdaderos órganos administrativos gestores de la “cosa política”.




La oligarquía de partidos, ya sea con listas abiertas o cerradas, se caracteriza por la configuración del partido como tentáculo del estado que establece su relación con el ciudadano de arriba hacia abajo, saliendo del Estado hacia el ciudadano y no al revés como verdadera asociación ciudadana de orden político destinada a proponer una determinada acción de gobierno que es precisamente su función.


El carácter cuasi-administrativo de los partidos en el régimen partitocrático queda de manifiesto en otros aspectos sintomáticos como es la subvención estatal, pesebre perpetuo y premio a su papel en el sistema que instituye (de Institución) a los partidos en el mayor enemigo de las aspiraciones democráticas de los ciudadanos, que ven como aquellas siglas que han votado son diferentes en el poder que fuera de él, produciéndose la quiebra entre la sociedad civil y la sociedad política.


Por tanto, la solución de las listas abiertas no es más que un ejercicio de defensa propia de los partitócratas, que así reconocen prima facie la existencia de un déficit democrático en España como problema cierto y tangible.


Y una sociedad que se proclame avanzada plantea los problemas sólo cuando los pueden afrontar y resolver. Hoy la sociedad se plantea a diario como problema la situación política española y su déficit democrático, situación que es fácilmente reconvertible desde el mismo momento en que asumamos que no es sino la culminación del proceso de Transición que supuso el pacto entre el franquismo, legitimado por unas elecciones sin libertad, y la admisión de los partidos políticos entonces ilegales.


Este pacto queda reflejado en la Constitución de 1978, donde se elimina la separación de poderes, los partidos políticos se constituyen en los únicos agentes políticos y se separa radicalmente la sociedad civil de la sociedad política, concediéndosenos todas las libertades (reunión, expresión...) pero negándosenos la más importante: la libertad política de elegir, controlar y deponer democráticamente a nuestros legisladores y gobernantes.


Es por ello que las libertades existentes pueden ser utilizadas para todo menos para constituir y renovar el poder político del Estado o para controlarlo. Todo este sistema político nacido del pacto entre franquistas y partidos de la oposición, exponente máximo del oportunismo social de una generación, necesita como otro instrumento para mantenerse, además de los referidos (servilismo y pactismo) a la corrupción.



Lejos de listas abiertas (al fin y al cabo, listas), la única solución para acabar con el déficit democrático es la reforma de la Constitución para eliminar el criterio de representación proporcional (Art. 68.3) en las elecciones generales y locales, paso decisivo para llegar a la Democracia en España.


Y es que, la aplicación del criterio de proporcionalidad a las listas que se presentan en cada una de las circunscripciones hace que los “representantes” elegidos por los ciudadanos no sean más que delegados de los partidos que han elaborado esas listas, basadas en la sumisión a la cúpula del partido y no en la defensa de los intereses de los electores.


El actual sistema electoral convierte al elector en espectador pasivo e impotente ante el pacto y mercadeo de escaños y concejales, elementos fundamentales para la formación de mayorías. La representación deja de existir porque el sujeto del poder político es el partido y no el elector. El “representante” no es responsable ante el elector sino ante la máquina partidista a la que obedece servilmente para repetir en la próxima lista electoral.


La implantación de un sistema mayoritario de distrito uninominal haría que los elegidos fueran verdaderos representantes de los ciudadanos. Éstos, elegirían a un solo candidato, incluido o no en un partido, por cada uno de los distritos electorales en los que fuera divido el territorio por razón de su densidad de población. Así, la Asamblea quedaría formada por la reunión de los representantes elegidos por cada distrito electoral.


Sólo con un sistema mayoritario uninominal los ciudadanos podemos obtener representantes libres de todo mandato imperativo y de toda imposición partidista. La responsabilidad de los representantes sería directamente ante los electores y solamente a éstos correspondería premiar o castigar su actuación política no solo cada cuatro años, sino durante toda la vigencia del mandato al poder revocar cada distrito a su representante en el curso de la legislatura a través del sistema de remoción electoral, si defrauda a las expectativas que le elevaron a la Asamblea.


La posibilidad de exigir responsabilidades no se circunscribiría a la mayoría ya que la minoría tendría un papel fundamental como es el de controlar a aquella, siendo su fuerza suficiente para poner en marcha todo tipo de mecanismos de control. Se daría así una auténtica responsabilidad entre el elector y SU representante.


Por otro lado, supone una ventaja adicional aunque no por ello menos importante, resultante de la supresión de las actuales discordancias entre el número de votos obtenidos y el efectivo equilibrio de poderes, que actualmente favorece un papel excesiva y peligrosamente preponderante a los partidos de tendencia nacionalista que ven como con obtener una cantidad de votos en el territorio de su influencia obtienen un escaño mientras que los partidos de ámbito nacional precisan para ello una cantidad superior. Todo ello se ve superado en el sistema uninominal y mayoritario en el que la votación por distrito electoral otorga una situación de igualdad a todos los ciudadanos independientemente de la localidad o provincia donde se hallen.


Pedro M. González

18 diciembre, 2007

LA GRACIA DE DIOS...



Este artículo, modificado y con otro título* ha sido publicado en el Diario de la República Constitucional, lo reproducimos a continuación, a efectos de comparación:

*La modificación y el cambio de título se han producido con la conformidad del autor.


Asistimos actualmente a las últimas peripecias de toda una generación de españoles, casi dos, a los que ha cabido el dudoso honor de pasar a la historia como aquellos que fueron capaces de hacer todo lo contrario de lo que tenían en encomienda.

Tuvieron en sus manos la posibilidad de hacer la transición de la dictadura a la democracia, pero se limitaron a hacer la transición hacia nadie sabe qué. En realidad lo que hicieron fue sacralizar la propia idea de "la transición". Una transición siempre inacabada e inacabable, de la dictadura franquista a la permanente crisis nacional y de estado, como régimen político ordinario y normal.

Lo que hicieron fue construir una enorme estafa: la monarquía parlamentaria restaurada. Eludieron la democracia política, no establecieron garantías para los derechos individuales, escamotearon la separación de los poderes del estado y abrieron una grave tensión nacional al dar el poder regional a los independentistas en Cataluña, Vascongadas y Navarra.

Ahora, después de treinta años cantando las loas de ese desastre, casi todos ellos reconocen que la Constitución de 1978 es inservible y ha de reformarse, pues sus explotadores estarían dispuestos a reformarla ad infinitum antes de admitir tal cosa. No pueden afirmarlo, pues en la propia Constitución está la fuente mítica de su poder.

De lo más profundo de Cuelgamuros surge un carcajeo que inunda España, es la risa que inspiramos los ciudadanos a nuestra clase política. Rían señores rían, espero que se les atragante la risa cuando sepan que aquellos que teníamos veinte años en la “Transacción” y nos llevamos los palos por la libertad y la democracia, nos hemos enterado de por qué cobramos entonces y qué y a quienes sostenemos ahora.

Carpe Lope

05 diciembre, 2007

Cacahuetes



Leído en El Confidencial.com el 29/11/2007

Al Rey le toca el ‘premio Gordo’ de la Mutua, dotado con 750.000 euros.

En un año plagado de polémicas para la Casa Real española, Don Juan Carlos I ha sido el agraciado en la primera edición del Premio Mutua Madrileña 2007, la recompensa mejor pagada de los premios españoles hasta la fecha. Curiosamente, Su Majestad recibirá el galardón tres días antes de que los niños de San Ildefonso canten los números de la Lotería Nacional.

El premio ha sido concedido por unanimidad “en reconocimiento a su trayectoria y su compromiso con la mejora de la sociedad”, según la propia Mutua. El Jurado, compuesto por Reales Academias y presidido por José María Ramírez Pomatta, ha destacado que los más de 30 años de reinado de Juan Carlos I constituyen “el periodo más largo de paz, estabilidad, libertad, progreso y cohesión social de nuestra historia”.


Al leer esta noticia me acordé de cuando era pequeño y me llevaban al Zoo, la jaula de los monos siempre estaba rodeada de grupos de chiquillos arrojándoles los cacahuetes que una mujer vendía en los aledaños a la misma. Yo también les eché cacahuetes a los monos, los animalitos lo agradecían obsequiándonos con sus "monerías".

Encuentro un cierto paralelismo con la costumbre que tienen los plutócratas españoles de abrumar al rey con sus "desinteresados" obsequios; efectivamente, los sucesivos "Fortunas" y "Bribones" e incontables agasajos de todo tipo vertidos sobre la primera magistratura española, se me asemejan a los puñados de manises con los que los crios de antaño "fusilábamos" a los macacos en el antiguo jardín zoológico del Retiro de Madrid.

Este último galardón otorgado, aúna la ordinariez de dar dinero al rey, que no lo precisa, con la sospecha de que detrás de tanta generosidad se ocultan propósitos inconfesables. Por otra parte el motivo aducido para el obsequio real es sorprendente, "su trayectoria y compromiso con la mejora de la sociedad" es decir, por cumplir su cometido. Un castizo diría que se lo han dado por el morro. Lo dicho, una horterada.

Tengan cuidado, munífices monárquicos, corren ustedes el peligro de sepultar el objeto de sus amores bajo una montaña de "cacahuetes en metálico", no vayan a hacerle daño...

Krlos Vilamallén

27 noviembre, 2007

Para la vida




Quiero dejar bien claro que el propósito de nuestros afanes es el de conseguir que en España se viva mejor, que se viva en paz y en democracia, que se viva dignamente.
Los llamamientos a la lucha revolucionaria, los recuerdos de penosos tiempos pasados, la reivindicación de cualquiera de los bandos que hace setenta años se batieron en España está, a mi juicio, fuera de lugar.
La generación de mis abuelos fracasó, pues fracaso es destrozar el país, anular la convivencia y propiciar la pérdida de tantos miles de vidas humanas que no fueron alumbradas por sus respectivas madres para acabar tempranamente en una trinchera, bajo los escombros de un bombardeo, junto a una tapia o en una cuneta.
El horror que crearon los españoles de la generación de mis abuelos les ha sobrevivido a casi todos y es un monstruo viscoso y terrible que todavía se alimenta con sangre humana.
Quiero creer que la inmensa mayoría de los españoles que lucharon hace setenta años entresí, habrían arrojado horrorizados sus armas, si pudieran haber visto los logros de su lucha fratricida: el dolor, el hambre,la destrucción, la miseria y el rencor que se sembraba a voleo en una sociedad a la que amaban tanto como para exponer su vida en su defensa.
No me guía, no nos guía en nuestro hacer más que el mismo amor a España y a los españoles que presupongo en los combatientes de antaño y desde luego que si, por un momento, pensase que mi/nuestro trabajo iba a tener el mismo fruto, abandonaría el intento de propiciar el advenimiento de la III República.
Ya está bien de cainismos en mi/nuestra Patria. Si de algo ha de servir la memoria histórica es para no repetir los mismos errores y para que aquellos compatriotas cuyos deudos se encuentran todavía desperdigados en el seno de España, en las anónimas fosas donde fueron inhumados por sus victimarios puedan, si es su deseo, acoger sus restos entre los de los familiares, que falleciendo posteriormente, tuvieron derecho a un entierro normalizado.
Este post ha sido dictado por el clima de crispación que una panda de descerebrados de distinto signo político está intentando que cuaje entre los españoles.
La imagen que lo encabeza, unos niños sonriendo, simboliza lo que no debemos olvidar jamás; que nuestro fin es el futuro amejoramiento de la VIDA de TODOS.
Por eso nos esforzamos y no por la gloria ni por el triunfo de nuestro criterio político.
Krlos Vilamallén (CR3)

07 noviembre, 2007

EL VECINO DEL SUR Y SUS AMBICIONES IMPERIALES




El reciente viaje a Ceuta y Melilla del primer magistrado de nuestra nación ha tenido una respuesta marroquí difícil de calificar. Sigue la tensión y los incidentes diplomáticos entre los gobiernos de Madrid y Rabat, entre ellos la retirada del embajador marroquí de la capital española y las amenazas del mismo monarca africano. Se trata, como siempre de gestos del Gobierno de Mohamed VI, que intenta presionar al español para lograr hacer factibles sus planes de anexión. Anexión del Sahara, anexión de Ceuta y Melilla, anexión de Canarias… y eso en referencia sólo a los conflictos de Marruecos con España. Pero es que la monarquía alauita no sólo tiene conflictos con nuestro país. El Reino de Marruecos tiene, entre otras muchas peculiaridades, la de estar enfrentado con todos sus vecinos. Los conflictos de Marruecos con Argelia y con Mauritania son también un serio motivo de preocupación en esa zona del Norte de África. Y es que el “vecino” del Sur, desde que alcanzó la plena independencia en 1956, ha sido capaz de tener conflictos militares y graves tensiones con todos sus vecinos, en los últimos 51 años.

Y sigue en esa línea. Y seguirá si no se toma una línea de política exterior muy diferente de la seguida por España en los últimos 32 años. Si recordamos, el periodo se inició con la bochornosa huida ante la "Marcha Verde" en plena agonía de Franco, y se ha cerrado este año con el apoyo escandaloso del Gobierno de Zapatero a las tesis anexionistas sobre el Sahara de Marruecos. El resultado es la creciente presión sobre otros territorios españoles. Españoles, sí, porque conviene precisar estas cosas, ya que existe toda una línea de argumentación en ciertas izquierdas españolas, basada en la ignorancia más rotunda, que postula la “devolución” a Marruecos de ambas plazas. Se engañan en eso los socialistas y los comunistas. Ceuta y Melilla se pueden entregar a Marruecos, pero no se pueden devolver, porque nunca le fueron arrebatadas. El Reino de Marruecos nació a mediados del siglo XVII y, para entonces, Melilla ya llevaba más de 150 años incorporada a España. Y Ceuta, sólo podemos devolvérsela a Portugal, que la ocupó hacia finales del siglo XV.

Sería conveniente que los promotores de la pretendida “devolución” a Marruecos de ambas ciudades nos explicasen eso de la “devolución”, pues no está nada claro cómo hacerlo y, de todos modos, en el caso de que fuese “devolución”, a quien no revertirían nunca sería a Marruecos. También, ya de paso, nos podrían explicar por qué las Naciones Unidas nunca han aceptado que la situación de Ceuta y Melilla sea colonial. Y es que la ONU nunca ha admitido las pretensiones marroquíes sobre ambas plazas.

Publius (del CR3)

13 octubre, 2007

LA DISCUTIBLE DISCUTIBILIDAD DE LA NACIÓN



La frase del socialista Zapatero pronunciada ante el Senado de la vigente partitocracia española fue “la nación es un concepto discutido y discutible”. Una frase incompleta, pues es claro que no se refería a las naciones habitualmente consideradas como la francesa o como la norteamericana. Tampoco se refería a las fantasmagorías de los exaltados catalanistas, vasquistas u otros, que no son discutibles, pues lo que son, es inexistentes. No. Se refería a la Nación Española, no a otras. Fue el 18 de noviembre de 2004 y abrió una gran cantidad de interrogantes, sobre él, sobre las izquierdas españolas y sobre la partitocracia que nos oprime.

No voy a repetir aquí lo que cualquiera puede saber sobre la creación de las naciones modernas como espacios de convivencia entre iguales, orientadas a la consecución de la libertad política, la defensa de los derechos individuales y el progreso y bienestar de las sociedades actuales. Quienes atacan en España la nación no son ni siquiera nacionalistas. Y es que su reclamación no se dirige a ningún afán restaurador, pues jamás hubo naciones en la Península Ibérica, fuera de España y Portugal. Su afán no es proponer nuevas creaciones nacionales, por muy enloquecidas que puedan parecernos, sino negar y destruir las realidades nacionales existentes.

La principal cuestión que se esconde bajo la frase de ZP no es la que nos llevaría a un debate sobre nación y nacionalismo. La principal cuestión estriba en determinar cuando dejaron las denominadas “izquierdas” de tener la libertad, la igualdad y la fraternidad nacionales, entre sus prioridades. Tampoco se trata de establecer una fecha, pues de lo que se trata es de establecer los contornos de un problema. Porque las denominadas “derechas” nunca se distinguieron en parte alguna por su amor al tríptico republicano clásico (Libertad, Igualdad Fraternidad). De ahí que el gran problema para las sociedades europeas, y desde luego para la española, nació cuando las denominadas “izquierdas” pasaron a tener como objetivo primordial la conquista del poder, a cualquier precio, dejando de sentir como prioritaria la reivindicación de la libertad política, la igualdad ciudadana y la fraternidad social.

Tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918) el siglo XX conoció algunas de las más terribles tiranías que la historia recuerda. El socialismo nacionalista de Stalin en la URSS, el nacional-socialismo de Hitler en Alemania, conforman los paradigmas que resucitaron, en el siglo XX, el discurso de "todo para el pueblo, pero sin el pueblo". Socialismo nacionalista, nacional socialismo: mesianismos de extermino. Nacionalismo y socialismo, fundamentos básicos de las más horribles tiranías que la humanidad jamás padeció. Ahí se fraguó la crisis teórica de las denominadas “izquierdas”, con la primacía de un obrerismo que abandonó totalmente los ideales de libertad. El daño producido en la ideología tradicional de la izquierda por la práctica de políticas reaccionarias por socialistas y comunistas ha sido inmenso. Las denominadas “izquierdas” obreras se dedicaron a la práctica de políticas directamente contrarias a la libertad, a la igualdad y a la justicia social; a la práctica de políticas de corrupción generalizada; a la práctica de políticas que no han retrocedido ni ante el crimen de Estado. Políticas muy poco de “izquierdas”, en su sentido clásico.

Así hemos tenido que ver el apoyo y simpatía de las izquierdas hacia las dictaduras del ya extinto bloque soviético, o hacia la Cuba castrista, en lugar haberse centrado en la defensa de la libertad, sin concesiones. O a la sintonía con movimientos nacionalistas de carácter etnicista, racista o fundamentalista en Europa, en lugar de haber sido intransigentes respecto al principio de igualdad. En fin, ese permanente plegarse de la izquierda institucionalizada al puro y exclusivo afán de poder, desprovisto de cualquier contenido programático o ideológico, han llevado a las izquierdas en toda Europa, y también en España, a su situación actual.

Y hoy, el socialismo en España, nos plantea romper la nación y disgregar la igualdad ciudadana, para ceder a la reivindicación de privilegios por los catalanistas y los vasquistas, prescindir de la tenue libertad que hay en España, para mejor acomodarse a los propósitos despóticos de los caciques de Cataluña y Vascongadas, y quebrar la Seguridad Social. Y a eso le llaman progresismo. Y para defendernos de esa monstruosa política, que no busca otra finalidad que mantener al PSOE en el poder a costa de lo que sea, sólo disponemos del PP, un partido que no siente ningún aprecio ni por la libertad, ni por la igualdad, ni por la fraternidad, aunque intenta hacer bandera propia de la defensa de esos valores en los que no cree.

Pla (miembro del CR3)

06 octubre, 2007

El secuestro de la República


En el ámbito de la colaboración establecida entre el Club Republicano Tres y el Centro de Investigación y Estudios Republicanos (CIERE), reproducimos para el Blog de Debate Republicano el último articulo aparecido en prensa del Presidente del CIERE, D. Manuel Muela, titulado "El Secuestro de la República"


Las últimas controversias sobre la Monarquía, y concretamente sobre su titular, el Rey, acompañadas de manifestaciones con la quema de fotografías en poblaciones de Cataluña, han situado a la República y al republicanismo en el centro de una polémica a la que ambos son ajenos. Porque, en mi opinión, estamos asistiendo a un episodio más de la crisis del régimen de la Transición impulsada por algunos de sus protagonistas, especialmente los nacionalistas, que son conscientes de su fuerza para condicionar la política general de España.

Para nadie es un secreto que la situación política española presenta una imagen de degradación nada acorde con las pautas que serían exigibles en un país relevante de la Unión Europea: las prioridades públicas están centradas en satisfacer las ansias de poder de las diferentes clases políticas florecidas al amparo del Estado de las autonomías, con olvido, en la mayoría de los casos, de los intereses de una población que trabaja, paga sus impuestos y contempla atónita los ajustes de cuentas entre los gestores públicos. La desconfianza se adueña de los españoles, sin que nadie asuma sus responsabilidades en una crisis constitucional que no ha hecho sino explotar a lo largo de esta legislatura, y que amenaza con prolongarse en la siguiente.

El orden constitucional de 1978, cuyo sostén es la llamada monarquía parlamentaria, aunque sería más apropiado denominarla partitocrática, ha alimentado el crecimiento de poderosas fuerzas centrífugas que han ido fagocitando los valores de libertad, igualdad y justicia, en los que se fundamenta cualquier Estado democrático. Tales valores han sido sustituidos bien por la adoración a lo étnico en aquellas regiones con presencia nacionalista, bien por el cultivo casi folklórico del localismo en aquellas otras que las imitan. La conclusión de ello es la insolidaridad y el cantonalismo, ambos letales para la supremacía del Estado como garante de la transformación libre y democrática del país.

En ese contexto aparecen los ataques a la Monarquía y a su titular, con escándalo farisaico de muchos que saben lo difícil que resulta evitar que la institución y su titular salgan indemnes del desbarajuste en que se encuentra inmerso el régimen de la Transición. Entonces se pone en circulación el cliché manido de la República y el republicanismo, como si fueran los agitadores insolentes y anárquicos en el mundo suave y ordenado del orden de la Transición. Practicar un secuestro del republicanismo absolutamente desleal es una manera tosca de desviar la atención sobre los problemas que atenazan a la gobernación del país y la falta de iniciativas solventes para encararlos y resolverlos.

Como todos aquellos movimientos políticos que han sido protagonistas de nuestra historia, el republicanismo español tiene una historia con luces y sombras. En el caso que nos ocupa, sin embargo, el republicanismo no solo es ajeno a lo que está sucediendo, sino que, como consecuencia del apartamiento y el ostracismo al que fue condenado desde los inicios de éste régimen constitucional, puede presentarse ante la sociedad española como una opción política de orden y democrática, capaz de unir en su seno las esperanzas de quienes aspiran a hacer de España un país moderno y libre, metas por las que siempre lucharon los liberales y republicanos españoles.

No son la República y el republicanismo los que pretenden subvertir el orden constitucional: son los protagonistas y beneficiarios del mismo los que lo subvierten a diario con el consiguiente descrédito del poder público. Es momento de que cada uno asuma las responsabilidades que le corresponden, sin endosar a otros sus errores e incompetencias.

Lo que parece claro es que la experiencia de todos estos años y los acontecimientos que vivimos justifican la necesidad de construir un orden distinto que permita la recuperación de instituciones de contenido genuinamente democrático. Para ese objetivo, el pensamiento republicano liberal, hasta ahora ausente de la política española, podría aportar una alternativa de cambio para los ciudadanos.

En ocasiones anteriores, los republicanos de España se cargaron de razones para su apelación republicana en momentos de grave crisis nacional, sin demagogia ni improvisaciones. Ante la crisis del régimen de la Monarquía, el republicanismo debe aspirar a convertirse en una referencia integradora y no sectaria del cambio progresivo y ordenado de nuestro país, aplicando la razón y el valor del interés general a los problemas que preocupan a los españoles. La agitación y las proclamas dinamiteras son algo marginal en las que República y republicanismo no tienen arte ni parte.

Por Manuel Muela Martín-Buitrago
(aparecido en El Confidencial.com del 3 de octubre de 2007)

21 septiembre, 2007

¿ANTIMONÁRQUICOS O REPUBLICANOS?



Un republicano leal, y nosotros lo somos, tiene claro que la monarquía, en cualquiera de sus formas, es demasiado opuesta a la República como para plantear la más mínima duda, en principio. Y, sin embargo, convendría revisar adecuadamente la cuestión, pues no siempre están las cosas tan bien definidas. Aparentemente, no debería haber contraposición entre los dos términos del título, pero ¿es eso así siempre y en todos los casos?

Los sucesos de Gerona de hace unos días, durante los que algunos independentistas quemaron fotos de los reyes, ponen de relieve un asunto sobre el que conviene reflexionar. Me refiero al hecho de que, por lo general, en los medios de comunicación y en la opinión pública, la República no se define nunca por lo que ella es. Casi siempre se la intenta identificar por lo no es, es decir, por la Monarquía. De ahí que los independentistas gerundenses que quemaron esos retratos reales se hayan podido autodenominar, tal como hemos visto en la televisión, de activistas “antimonárquicos”, con la más que probable intención de ganar para su causa las simpatías del creciente republicanismo que se va extendiendo por España.

El fraude político trepa por el republicanismo cuando éste se limita a ser la mera negación de la monarquía, o a expresar formas de Estado Totalitario que no se identifican con la libertad de la democracia. Porque la República es, ante todo, la libertad individual y la democracia política. Y es la indefinición política en que se pretende situar a la República, al definirla exclusivamente en función de la Monarquía, la que permite a muchos oportunistas que no son republicanos el poder de presentarse como tales. Así sucede con los comunistas, o con muchos fascistas, o con los totalitarios nacionalistas. Todos ellos, con la fácil coartada de un presunto antimonarquismo, se presentan como “republicanos”, cuando les interesa, pese a no serlo en modo alguno.

Como acertadamente ha señalado García-Trevijano, “sin construirse previamente como alternativa a la monarquía, la República adviene de repente como solución a la crisis monárquica. Y cuando se hace real como forma del Estado, no está realizada en el espíritu ni en el cuerpo social. Llega sin apenas republicanos. Esto, y no otra cosa, es lo que explica sus repetidos fracasos y sus continuos renacimientos. La incapacidad de la idea republicana para ser alternativa de poder institucional, atrasa su porvenir como forma democrática del Estado. La Monarquía dura como lo malo conocido frente a la República por conocer” (discurso pronunciado en el Ateneo de Madrid, el 28 de marzo de 2006).

Y es que, sin conocer las causas de los éxitos y fracasos republicanos en España, sin saber de la naturaleza de las instituciones políticas, y sin definir cómo ha de ser la democracia política, las propuestas republicanas no pasan, en su vaguedad, del puro sentimentalismo, de la nostalgia, o del oportunismo más siniestro.

Salud y República

Pla (CR3)

03 septiembre, 2007

AL VOLVER


Este año, la llegada del mes de septiembre no traerá un nuevo curso político exactamente. En España las novedades parecen haberse acabado hace mucho tiempo. Tan sólo regresarán a sus domicilios habituales los que pudieron ausentarse en el periodo vacacional. Los demás ni eso, pues seguirán donde han estado. Y tampoco regresarán los crecientes problemas de todo tipo que rodean a los españoles, porque esos problemas nunca se han ido. En el mejor de los casos seguirán igual, aunque lo más normal es que se habrán acentuado.

En la economía, el fin del ciclo de expansión se va alzando como amenaza sobre las rentas más bajas. Las subidas en los precios de la energía y de los alimentos no se ven compensadas por la lenta bajada del precio de la vivienda. La cortedad de los salarios tampoco se ve compensada por reducciones sensibles en la precariedad laboral y aumenta el desempleo. La Seguridad Social, cada vez más débil financieramente, tendrá que hacer frente a los anuncios demagógicos de nuevos gastos propios de las típicas promesas sociales de un periodo electoral.

Porque elecciones si que habrá, pero ¿a qué?, ¿a las humillantes listas cerradas por los jefes de la partitocracia que dejan sin representación institucional a los ciudadanos?, ¿al reiterativo juego de esas dos desastrosas opciones dinásticas, PSOE-PP, que no son opciones aunque sean muy dinásticas?

En España el fin del ciclo económico que se avecina se suma al fin del ciclo de la oligarquía partitocrática de los dos citados y sus acólitos nacionalistas, que siguen dispuestos a repartirse con presteza el presupuesto, a ocupar las poltronas y a complicarnos la vida a todos. En lo político seguirá acentuándose la crisis del sistema sin que por ello se planteen mayores problemas en los estados mayores de la partitocracia reinante. Pese a las alarmantes señales de ruptura y quiebra que afloran en todos ellos.

Y es que en la mayor parte de las oligarquías partidarias se extienden las querellas internas y se acentúa la disgregación. Así, tal como lo hemos visto durante los últimos meses y años, el PP y el PSOE, pero también el PNV y los ERC, EA, IU, CiU, etc..., continuarán desarticulándose y desestructurándose, a medida que los intereses de los caciques locales se sigan imponiendo a sus inexistentes estrategias generales. El ciudadano no cuenta, el país se da por amortizado y a la democracia, ni se la ve ni se la espera.

Es el momento de intensificar la difusión de los valores republicanos, de denunciar las imposturas y los abusos, de oponerse a los privilegios y a las mangancias de la Monarquía y sus acólitos, sean estos de “derechas” o de “izquierdas”. Zapatero y su PSOE no son mejores que Aznar y el PP no es alternativa a nada. Y los nacionalistas, por definición, no pueden aportar las soluciones generales.


Salud y República Constitucional

Publius (Miembro del CR3)

13 agosto, 2007

DECLARACIÓN DE REBELDÍA A LA CORONA



Insertamos este texto elaborado por nuestro amigo y compañero republicano Jaume D'Urgell, para facilitar su difusión y debate. El autor no forma parte del Club Republicano Tres. No obstante, en la línea definida por el CR3 de cooperar a la integración de los republicanos y de rechazar cualquier espíritu de secta o capilla, nos complace facilitar el acceso a nuestra tribuna a quienes defienden propuestas republicanas, aunque no formen parte del Club Republicano

¿Hasta dónde alcanza el efecto de un golpe de Estado? ¿Cuánto debemos esperar para restablecer la normalidad? ¿Cómo llamar a un país cuya jefatura de Estado detenta un militar que no está sujeto a elección? ¿Es legal cooperar, exaltar y finalmente suceder a un genocida? ¿Defender la democracia equivale a provocar la guerra? ¿A quien deben lealtad los ejércitos de España? ¿Monarquía es sinónimo de democracia?

¿Son delincuentes los republicanos? ¿Es ultrajante desear la igualdad? ¿Es temerario pretender que todos los cargos públicos sean electos? ¿Por qué celebramos el día nacional con un desfile de personas armadas? ¿Es correcto que en pleno 2007, el titular de Exteriores deba coexistir profesionalmente con las ingerencias del colega, compañero y sucesor de Francisco Franco? ¿Es normal que el máximo exponente de lo público acuda a la medicina privada? ¿De dónde procede la autoridad del rey? ¿Es justo que no todas seamos iguales ante la Ley? ¿Quién paga las facturas de la familia real expulsada por el pueblo griego? ¿Por qué mientras el rey practica deportes como la vela o el esquí, miles de familias trabajadoras sufren desahucio bajo el peso de la precariedad laboral? ¿Por qué hay ciudadanos que fallecen de frío en las calles de Madrid, mientras el Palacio Nacional permanece vacío u ocupado por una sola familia?

¿Qué porcentaje de la población actual, ejerció el voto en 1978? ¿Qué explicación tiene el insondable enriquecimiento de la familia real? ¿Por qué el apartado H del artículo 62 de la Constitución Española de 1978 confiere al rey el mando supremo de las Fuerzas Armadas? ¿Es eso algo simbólico? ¿Simbólico quieres decir falso, como el artículo 47, o el 128? ¿Por qué el PSOE o el PCE —ambos partidos de izquierdas— defienden políticamente los intereses de la monarquía? ¿Es democrático impedir que la ciudadanía se pronuncie en las urnas sobre conflictos territoriales, forma de gobierno, separación de poderes, legislación electoral, gasto militar, estructura económica de la sociedad, relaciones internacionales o laicismo? ¿Quién toma las decisiones que a nosotros no nos permiten tomar? ¿A quién beneficia lo arbitrario? ¿Debemos reconocer la pretendida autoridad del rey?

IGNOREMOS LA AUTORIDAD DEL REY

No siento ningún temor en proclamar que el ciudadano Borbón es tan solo una persona más. El rey no solo no goza de ninguna autoridad, además, no me representa. El rey solo se representa a si mismo, y a un pasado de infausto recuerdo e inocultable memoria. Soy madrileño y el ciudadano Capeto es tan solo uno más de mis vecinos, porque yo soy un ciudadano y no el súbdito de nadie. Ni a mi, ni a mi queridísimo esposo, ni a mi madre, ni a mi padre, ni a mis amigos, ni a mis camaradas no se nos hereda como si fuéramos reses de un ganado, porque no somos cosas, no pertenecemos a nadie, somos personas.

Hago un llamamiento a todas las personas con sentido de responsabilidad y en pleno uso de su razón, para que me acompañen en esta declaración formal de Libertad. No se trata de desobediencia, se trata de emancipación civil pacífica: henos aquí, nosotros, el Pueblo, no reconocemos autoridad alguna en la monarquía.

LA MONARQUÍA ES FLOKLORE LEGAL

No faltará quien lo llame rebelión, bien, procedan, y júzguenme con garantías. Yo lo llamo sentido común, normalidad democrática, y aún: superación de lo ridículo. No estoy anclado en el pasado, no pretendo ni la crispación improductiva ni una vuelta al guerracivilismo, lo único que afirmo es que, del mismo modo que ya no toleramos que la jerarquía eclesiástica siga torturando y enviando a morir en la hoguera a los herejes, no podemos consentir que un rey, hoy, encabece la estructura de los poderes públicos, porque semejante anacronismo supone una reducción al absurdo de una tradición malentendida... estamos ante un exceso de celo colectivo en la obediencia al folklore legal.

Señor Juan Carlos, yo a usted le respeto como a cualquier otro trabajador, pero la pervivencia de su puesto de trabajo, en pleno 2007, se me antoja absurda, extemporánea, contraria al interés general, triste, clarificadora y —si me lo permite—, ridícula. Sí, produce vergüenza histórica, es, como si mi país fuera de los últimos en abolir la esclavitud.

Se me ha acusado de ultrajes a España por retirar una bandera impuesta por las armas y colocar en su lugar, la que todos nos dimos en libertad. "Ultraje", es una expresión muy dura, cuando lo cierto es que siento un profundo amor hacia todos los Pueblos de mi querida península Ibérica, islas y colonias —un cariño que, como persona de izquierdas, no es contra nadie—. Sí, un fiscal solicita cárcel por ultrajar lo absurdo. No importa. Es un honor, y la pena es leve, en comparación con el sufrimiento de los miles de personas que me precedieron. Personas a las que algunos no quieren reconocer —ni siquiera desenterrar—, ni saber quien las mató, ni por qué. ¿Por qué habrá quien sienta la necesidad de ocultar Historia y razón? ¿Les avergüenza lo que se pueda descubrir?

Hace más de 50 años que la ciudadanía Universal declaró solemnemente que todos los Seres Humanos nacemos libres e iguales, en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros. Y todavía hoy, aquí, hay quien pretende ignorar todo aquello que no le satisface. Aunque sea Ley, razón, justicia o voluntad popular.

Como en 1931, estamos en ciernes de unas elecciones. Por eso es tan importante que los trabajadores permanezcamos unidos —aún sin renunciar a nuestra identidad—. El PCE de hoy no es el de 1978, no lo son sus bases, al menos. El PSOE de hoy, tampoco es el de 1978. Además, la izquierda no se reduce a dos partidos. Y lo mismo podemos decir de las demás fuerzas... el pueblo no se reduce a la izquierda, están los liberales, y otras personas, que, aunque puedan pensar de un modo distinto, al menos desaprueban lo arbitrario. No hablo de pedir cuentas, ni de señalar a nadie... todo eso pasó. Hablo de hoy, con los pies en el suelo. De hoy... y del mañana.

¡Salud y República!

http://es.youtube.com/watch?v=GBdGVuHBJ10

Jaume D'Urgell

21 julio, 2007

07 julio, 2007

Tiempo de estío...




Estimados amigos que habéis seguido nuestra página web y nuestro blog de debate durante este año:

Cuando en marzo de 2006, culminando unas conversaciones iniciadas en diciembre de 2005, diversos republicanos de diferente origen decidimos formar el Club Republicano Tercera República Española (CR3), no imaginábamos que algo después de un año más tarde podríamos hacer un balance tan amplio.

Nacidos para promover la agrupación de los republicanos españoles y de todos aquellos que aspiran a instituir la Democracia Política en nuestro país, en el plazo escaso de unos meses hemos podido establecer líneas de trabajo, algunas muy estables, con los más diversos grupos y personas de orientación liberal, demócrata y republicana de España.

El Club Liberal Español, el Instituto Juan de Mariana, el Centro de Investigación y Estudios Republicanos (CIERE), o el Movimiento de Ciudadanos hacia la República Constitucional, con el que compartimos ideario y en el que hemos participado desde el primer momento, han sido los ámbitos en los que el Club Republicano ha desplegado su actividad, intentando la convergencia de esfuerzos y la unidad de propósitos y proyectos.

Desde la modestia de nuestra actuación en el Ateneo de Madrid, y desde nuestra página web, hemos conseguido interesar en estos asuntos a muchos y aspiramos a llegar a muchos más. Por ello, durante los meses del recién comenzado verano vamos a realizar una amplia renovación de nuestros medios de difusión, procediendo a introducir en nuestra página web los cambios que la experiencia de un año y los consejos de amigos y asociados nos han sugerido. También aprovecharemos para planificar nuestras actividades para los próximos meses.

Esperamos que los cambios que vamos a realizar mejoren nuestra presencia y faciliten la difusión de nuestros mensajes. Por eso llamamos a todos los que nos han seguido a que nos hagan llegar sus indicaciones, consejos, críticas y sugerencias, a través del correo electrónico del CR3 club.republicano(ahí va la arroba)gmail.com , agradeciendo por anticipado las ideas que nos faciliten.

En el mes de septiembre esperamos haber concluido los trabajos y presentaros una nueva presentación del Club Republicano en Internet. Todo ello supondrá alguna ralentización de las actividades y esperemos que las menos molestias posibles a los usuarios.

Mientras tanto, seguiremos como siempre: Nuestros principios son la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad; Nuestro propósito, lograr la Democracia Política para España; Nuestro proyecto, la Tercera República Española.

NADA MENOS QUE LA DEMOCRACIA POLÍTICA, NADA MÁS QUE LA REPÚBLICA

CLUB REPUBLICANO TERCERA REPÚBLICA ESPAÑOLA

19 junio, 2007

EN EL 30 ANIVERSARIO DE LA TRANSICIÓN-TRANSACCIÓN


La Dictadura de Franco terminó con la muerte del dictador, en 1975. Desde entonces, nuestro país ha deambulado por una inacabable “transición” a la democracia que no ha terminado de llegar a ninguna parte. La monarquía se restauró en virtud del mandato del dictador, en el mismo 1975, y fue ratificada en el referéndum constitucional de 1978. Un referéndum convocado para aprobar una presunta Constitución, elaborada sin proceso constituyente, y en el que la monarquía se introdujo de rondón en la pregunta genérica sometida a consulta de los ciudadanos sobre el apoyo al cambio de régimen que se ofrecía. La Constitución se pretendió democrática, pero no ha conseguido serlo. Hoy, casi 30 años después, y sin haber alcanzado la democracia prometida, no ha cesado aún la transición.

Es precisamente ahora, en 2007, cuando asistimos al desvanecimiento de las falsas promesas de democracia que hizo la monarquía restaurada. Pero no se desvanecen solas y amenazan desvanecer también las bases mismas de la ciudadanía. En esta Monarquía de dictadura de las oligarquías partitocráticas, que no es una democracia, España ha empezado a dejar de ser, incluso, comunidad política. Peor aún, la misma idea nacional se combate desde numerosas instituciones del estado, como si España y el Franquismo fuesen una y la misma cosa. La contradicción entre el ser y el querer de los españoles que deambulamos por esa transición sin fin, está terminando por crear un conflicto irreconciliable entre el hecho de ser España un todo y la voluntad política de tratarla exclusivamente como agregado de unas partes separables e independizables. Y, a todo esto, a la libertad política y a la democracia, ni se las ve ni se las espera.

“Si la nación fuera un Proyecto, como creyeron Ortega y José Antonio, y hoy creen todos los partidos, España dejaría de ser pronto una realidad política”, ha dicho Antonio García Trevijano. Pero la nación es un dato objetivo pese al empeño de los partidos e instituciones de esta monarquía partitocrática en avanzar por el camino de su desintegración.

No sorprende que la Monarquía conspire, como siempre, contra la realidad nacional de España. Así lo ha venido haciendo desde los tiempos de Fernando VII, intentando que prevalezcan los derechos de la corona sobre los de la nación y los del rey sobre los del pueblo. Lo novedoso es que hoy se camufle la negación de la libertad y la afirmación del privilegio apelando a las “izquierdas”. Quizá invocar a las izquierdas puede parecer más respetable que las tradicionales invocaciones al trono, al altar y a la nobleza de antaño, pero el resultado es el mismo. Si en este solapado período constituyente, el poder monárquico de constituir no brota de la nación entera, sino de las partes que pueden convertirse de regiones en Estados, la defensa de la sociedad española, de su libertad y de la democracia quedará en las manos del republicanismo, por abandono de los demás. Pero el republicanismo sólo podrá hacerlo a condición de que sepa configurar una propuesta de liberación para los ciudadanos, de reconstitución de la nación y de constitución del Estado. ¿Pero cómo podrá abordar esa tarea con garantías de éxito el republicanismo?, ¿cómo podrá superar este reto sin recaer en los errores del pasado?

Esta es la tarea que el Club Republicano Tres se propone realizar: definir el modo en que pueda abordar la sustitución de la monarquía partitocrática, eludiendo los errores y fracasos del pasado.

Salud y República Constitucional

Pedro López Arriba

06 junio, 2007

FIN DE LA TREGUA, ¿VUELVE ETA?: LA PENITENCIA NACIONAL...



El comunicado es claro: ETA ha decidido suspender el alto el fuego indefinido y actuar en todos los frentes a partir de las 00.00 horas del 6 de junio. Parece, pues, que ETA vuelve. Pero, podemos preguntarnos ¿es que se ha ido alguna vez?

Tras varios intentos fallidos, perpetrados desde 1959, ETA comenzó su carrera criminal hace hoy exactamente 39 años, el 7 de junio de 1968, con el asesinato del cabo Pardines, de la Guardia Civil. Desde entonces, la banda criminal ha cometido más de 800 asesinatos, ha herido a varios miles de personas, extorsionado a decenas de miles y amenazado a muchos más, para obtener sus objetivos políticos. Lo que mejor caracteriza a ETA es la repugnante utilización del crimen para la consecución de objetivos de poder político. Pero esto último no sólo se puede decir de ETA. También se han aprovechado de esos crímenes terroristas otros muchos a lo largo de la historia de la banda.

El franquismo magnificó a la ETA para desprestigiar a quienes nos oponíamos a la dictadura. En esos tiempos de censura total de prensa sobre las actividades de la escasa oposición al régimen, los medios de comunicación franquistas dedicaban páginas y páginas a demostrar que los enemigos de Franco eran la ETA y unos pocos más. Con ello se pretendía dar a entender a la opinión pública, interna e internacional, que los enemigos de la dictadura no eran más que un hatajo de asesinos. Por su importancia, no se puede dejar de mencionar el uso y abuso que ha hecho del terrorismo etarra, desde esos mismos años iniciales, el Partido Nacionalista Vasco. La metáfora de que “unos mueven el árbol y otros recogen las nueces”, la expresó Arzalluz (PNV) para referirse a la perfecta sincronización entre la acción criminal de la banda y la negociación autonómica del PNV. También otros nacionalistas, como Pujol (CiU), aprovecharon la acción criminal de ETA para el logro de sus fines. El recordatorio permanente de que “nosotros no somos como los vascos, que matan”, ha constituido la base de las reivindicaciones de los catalanistas. Pero no han sido únicamente los nacionalistas quienes se han aprovechado de la cosa. También PSOE y PP han utilizado abundantemente el asunto desde tiempos lejanos, aunque nunca con tanta virulencia como en los últimos tres años, y con ello han obtenido notables ventajas políticas y electorales.

No obstante, el punto álgido de la obscena utilización de la ETA por el sistema se ha logrado en el último año y medio, donde los españoles hemos asistido, por mor del “talante zapateril” y la inanidad política del PSOE y del PP, a la puesta de largo de la banda terrorista en el Parlamento Europeo, a la utilización torticera de las asociaciones de víctimas del terrorismo y al desistimiento del Estado en la lucha contra los terroristas que se han visto apoyados en sus aspiraciones de volver a las instituciones políticas y lo han conseguido en las pasadas elecciones municipales, sin desdeñar el regio jaleo: “Hay que intentarlo, y si se consigue se consigue”. Realmente España se ha convertido en el reino de la desvergüenza, véase el papelón protagonizado por el gobierno y las instancias judiciales en el caso De Juana Chaos.

Hoy, con la vuelta al punto de partida, se vuelve a oír la monserga de que ETA es el enemigo común, ante el que todos debemos unirnos. Y para demostrar lo dañina y mala que es ETA, se le volverán a ceder las primeras páginas de los diarios, miles de minutos en todas las televisiones y las radios, es decir, el tradicional ruido mediático que en este país pasa por ser información, sin desmerecer al otro ruido, compuesto por las bellaquerías y naderías que expelen nuestros políticos, cualquiera que sea su signo, y que aquí entendemos por política, conformando el atronador barullo nacional que soportamos los paganos del sistema y que solo tiene un objetivo: mantenernos a los españoles en la servidumbre voluntaria, por miedo, por ignorancia o por aburrimiento.

Pero ETA no es tratada por el régimen como el enemigo común, sino que es tratada como un aliado objetivo al que se recurre para garantizar la sumisión de todos los españoles a todos los jefes de las oligarquías de esta ruin Monarquía partitocrática. ETA, por sí misma y para mantener su cobarde “industria” criminal, intentará perpetuarse. Y los otros (PSOE, PP, CiU, PNV, IU y demás), no se plantean otra cosa que obtener beneficios de las acciones terroristas. Por eso no desaparece el terrorismo en España. Por eso ETA no se va nunca y siempre está con nosotros.

En el Club Republicano Tres hace ya mucho tiempo que, a propósito de los atentados de ETA, denunciamos que el terrorismo es una práctica políticamente reaccionaria y socialmente criminal, y que el terrorismo es una lacra que hay que combatir de modo sistemático y permanente. Pero también denunciamos a los falsos luchadores contra el terrorismo que no pretenden su eliminación, sino obtener ventajas de él.

Joel (CR3)

Dada la actualidad del tema y como se ha presentado otro texto sobre el mismo, lo añadimos a continuación, o sea que a leer y a opinar...

ImageChef.com - Create custom images

El fin de la tregua de ETA se lleva por delante a ZP y bastante más.

Porque está ruptura formal que hace la ETA, tras haberla convertido ZP en su principal aliado contra el partido de la leal oposición al gobierno de la Monarquía, o sea PP, (y también para quitar al PNV del gobierno en las provincias vascongadas), no solo es el final de ZP.

Hasta cierto punto lo que pase con ZP es lo de menos, con ser mucho. Porque no es que sea un paréntesis a olvidar en esta monarquía demo qué?, o el peor presidente de gobierno de esta monarquía demo qué?, como sostienen algunos finos analistas. Si llegara a aplicarse incluso la legalidad antiterrorista vigente (), dentro de un sistema judicial republicano, es decir independiente de los otros poderes del Estado, no cabe duda que ZP daría con sus huesos en la cárcel junto al pistolero Dejuana, al menos por el delito de colaboración continuada con banda armada.

Y qué habría que hacer con el Monarca que hace unos días apoyaba incondicionalmente la política colaboracionista que lleva a cabo este gobierno con el entramado etarra? “Hay que intentarlo, y si se consigue se consigue”. Claro, como es un Irresponsable legal, habría que pasarlo por alto como en las otras muchas fechorías en que se vió implicado?

Luego está el PP o PAPO (partido popular), siempre tan leal y tan dispuesto a salir en defensa del Monarca y su corrupto sistema de poder. PAPO encabezado por ese tandem entre bobalicón y mefistofélico RAJOY-FRAGA. Para ellos la solución es tan sencilla como retroceder unos añitos al dichoso Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo. JA, como si eso tuviera la más mínima posibilidad de ocurrir!

Algunos no se quieren dar por enterados que al igual que los trenes de ATOCHA saltaron por los aires el 11M, llevándose con la onda expansiva tanta gente, para propiciar un cambio de gobierno Y ALGO MÁS, ZP ha dinamitado el sistema político de la Monarquía heredado de la dictadura Franquista. ZP ha socavado el Pacto de La Transición o Pacto de la Corona.

ZP y toda la maquinaria de poder que representa, lo que ha hecho es subvertir el sistema político que vino a sustituir la democraciaorgánica de partido único por una domocraciaparlamentaria partitocrática que soportamos desde hace más de 30 años. Llevándose por delante la nación española, de paso.

Con qué finalidad?
• Perpetuarse en el PODER, impidiendo en esta rerestauración, la alternancia tanto en el gobierno central como en los gobiernos regionales (Vascongadas, Cataluña, Galicia, Navarra)
• Poner España al servicio de intereses ajenos, subordinándose a los dictados de potencias extranjeras, a cambio de ciertas ventajas tal vez.

Y para ello contó con la ayuda inestimable de la ETA y otros grupos paraterroristas o proterroristas, como ERC, IU y BNG.

Pues bien, cuando se anuncia ya, a las claras, que este cuento se acaba ¿qué le queda a ZP y su potente grupo de poder: GOBELAS, ZARZUELA, POLANCO, PRISOE y sus siniestras ramificaciones?

Algo menos que nada.

Ahora todo se vuelven lamentaciones, quejidos desgarradores. Los enfrentamientos en el seno de ese mafioso entramado de poder no ha hecho más que empezar:
• La perversa MªTeresa contra el pérfido Rubalkaba
• Hay que sustituir a ZP, como sea!, que diría el propio sustituido.
• Y a quién ponemos? Y si nos traemos a SOLANA, el de la OTAN no pero sí?
• Porque el pobre Rubalkaba entre arreglar lo del 11M y las negociaciones secretas con los terroristas bastante tiene.
• Y la buena de MªTeresa ya no pone orden en el consejo de ministros como antes.
• Y a CHAVES, el cabezón, el Partido se le descontrola por momentos.
• Y a CANDIDO habría que mandarle una temporadita al extranjero como a GARZON y a DEZCALLAR cuando lo de los trenes.
• En cuanto al bribón BORBÓN, que siga cazando gamusinos y otras hierbas como habitúa. Con los amigotes que le vayan quedando de dentro y de fuera.

Para finalizar este repaso, diremos respecto a la nación española: ¿qué le augura esta situación, sino un futuro republicano, bajo un sistema político radicalmente diferente?

Trabajemos por ello pues. Tras un objetivo que bien pudiera llegar a ser alcanzable y más pronto que tarde, si así nos lo proponemos: la Republica Constitucional.


URIEL –CR3

30 mayo, 2007

ELECCIONES MUNICIPALES 2007: EL RESULTADO



Todo ha concluido. A las 22,00 horas del domingo 27 de mayo sabíamos que todos habían perdido. Lo que se decía era lo contrario, que todos ganaban, mientras se ocultaba cuidadosa y púdicamente el tremendo dato de la amplísima abstención con que había concluido el llamamiento a las urnas.

La elecciones municipales y autonómicas de 2007, excepto en Navarra, donde subió algo la participación, han sido un puro fiasco. En Cataluña, un auténtico desastre. Por ejemplo, en la ciudad de Barcelona, los datos han sido los siguientes:

Total del Censo de Votantes 1.262.537 personas

Votaron …………………… 611.941 personas

Abstenciones ……………… 622.370 personas

Votos en blanco …………... 24.754 personas

Votos nulos ……………….. 3.472 personas

Ahora todos los protagonistas se consuelan: han logrado salvar sus puestos, sus jugosas nóminas, sus posiciones de poder. Queda todavía un alto porcentaje de la población, algo superior al 50% del total, que sigue creyendo en las posibilidades del sistema. Pero el sistema se agota poco a poco, como se agotan las mentiras que lo sustentan.

Ya pocos creen que nuestras instituciones sean algo más que un atajo de oportunistas aferrados al sueldo y al presupuesto para poder seguir viviendo sin trabajar. Las instituciones españolas, desde el Rey hasta el último concejal de pedanía, se han convertido en una amenaza para la paz civil y la concordia ciudadana. Poco a poco, se irán transformando también en una amenaza para nuestro bienestar más elemental, a medida que aumente la fiscalidad y disminuya la riqueza que destrozan y despilfarran desde los gobiernos Nacional, autonómicos y locales.

El principal problema es la creencia de muchos, todavía demasiados, en que el Partido Popular puede ser una esperanza. Un problema no menor del conformado por los que creen en una hipotética “regeneración” del corrupto PSOE, en las posibilidades de IU o en la “modernidad” de los nacionalismos”.

Todos ellos constituyen el cáncer que devora a España. La bonanza económica no durará eternamente y, cuando terminen de pasar los años buenos, la insaciable voracidad de las oligarquías partitocráticas nos enseñará a todos de lo que son capaces esas bandas de sinvergüenzas que saquean las Haciendas Públicas, en su propio beneficio y en perjuicio de los españoles.

Va siendo hora de hacer algo más que promover la abstención, ya que la abstención se promueve casi sola. Urge exigir el cambio político, la reforma electoral, la depuración de los nuevos caciques partitocráticos de las instituciones, etc…

Esta Segunda Restauración Monárquica de 1975, como la Primera de 1875-1923, va convirtiéndose en una pura farsa: ¿hasta cuando?, ¿permitiremos de nuevo que concluya en tragedia?

Está en nuestras manos

Salud y República

Aviraneta (CR3)

12 mayo, 2007

27.05.2007 ¿Qué hacer?

El 27 de mayo se celebran elecciones municipales


ANTE ESTA CONVOCATORIA SOLO HAY DOS OPCIONES POSIBLES:


O colaboras irresponsablemente de una farsa política…


…o luchas junto al MCRC con tu ABSTENCIÓN ACTIVA por deslegitimar un sistema que te obvia y conseguir el único capaz de representarte…


La opción por la democracia es…
¡LA ABSTENCIÓN ACTIVA!



07 mayo, 2007

ELECCIONES PRESIDENCIALES EN FRANCIA: UN APUNTE


Por un día Francia ha vuelto a vestirse con los colores de la Libertad. Envuelta en los recuerdos de su larga tradición republicana, ha celebrado la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Unas elecciones que, seguramente, eran algo más que importantes. Y es que, en una República presidencialista, aunque éste esté atenuado, como sucede en Francia, la elección presidencial es siempre muy importante. El plus de importancia de esta ocasión viene de la decaída situación francesa tras largos años de corrupción y demagogia de las sucesivas élites gobernantes, fueran de izquierdas o de derechas.

En lo concreto, la victoria de Sarkozy sobre la candidata del Partido Socialista, Ségolène Royal, también se ha llevado por delante a la extrema derecha de Le Pen —que pidió la abstención en unas elecciones que han batido récord de participación (más del 85 por ciento)—, y sobre el democristiano Bayrou, que anunció que no votaría a Sarkozy, confiado en que esa decisión le daría una oportunidad en las elecciones legislativas del próximo mes de junio. La izquierda francesa, avejentada y dividida, que lideraba Royal plantea la necesidad reconstituir esa opción, en un giro definitivo hacia la modernidad.

Curiosamente, han sido los conservadores de Sarkozy los que han sabido plantear un retorno al debate político genuino, más allá de las diferentes demagogias al uso en Francia (y en toda Europa). El vencedor ha sabido articular un programa político con el que se podrá estar o no de acuerdo, pero que ha logrado escapar de la tentación de la demagogia y las expresiones vacías. Frente a las propuestas concretas de política social, económica, educativa, laboral, etc…, de Sarkozy, las vagas invocaciones a “devolver la sonrisa a Francia” de los socialistas, las vacías apelaciones a la “Grandeur National” de Le Pen, las ridículas referencias a espacios geométricos como “El Centro” de Bayrou, o los insidiosos llamamientos al “Todos contra la Derecha”, se han visto ampliamente superadas en el aprecio de los electores.

No cabe la menor duda de que tras una presidencia contradictoria del corrupto reaccionario Chirac, Francia va a entrar en una nueva etapa de su historia política que va a traer cambios importantes en el funcionamiento institucional del país, con una mayor profundización en la vida democrática y la separación de los poderes del Estado, prometida por Sarkozy, un político con capacidad de liderazgo en Francia y en Europa que ha levantado grandes esperanzas y expectativas en la escena internacional y de manera especial en su propio país.

El proyecto de reformas conservadoras del vencedor se revalidará, o no, en la próxima cita de las elecciones legislativas del próximo mes de junio, y el tiempo nos dirá si la política de Sarkozy era o no una buena política. Quien esto escribe tiene serias dudas al respecto, pero no es esa la cuestión. La cuestión que han puesto de relieve las elecciones presidenciales francesas es de un orden muy diferente. La elección presidencial directa por el pueblo es una fiesta de la democracia que concita la atención y el interés de la mayor parte de los ciudadanos, sobre todo si hay una política sobre la que decidir. La elección presidencial une y galvaniza a la ciudadanía, por encima del nombre o la adscripción del ganador. La elección presidencial asegura la división de poderes y, con ello, afirma los valores de libertad de las personas y de responsabilidad de los gobernantes.

Todo un haz de lecciones para quienes nos movemos en esos ámbitos de poder oligárquico propios de la siniestra Monarquía partitocrática que padecemos.


Salud y República Constitucional.


Pla (Club Republicano)

15 abril, 2007

CONTRA LA NOSTALGIA DE LAS VIEJAS REPÚBLICAS



La fecha del 14 de abril se presta a pintorescos espectáculos de desbordamiento de sentimentalidad nostálgica y añorante del pasado. Un espectáculo que es penoso en los que lo sienten sinceramente, y que es vergonzoso en quienes aprovechan la efeméride para limpiar su corrupto “juancarlismo” cotidiano, como sucede con los socialistas del PSOE, los comunistas de IU, los falsos republicanos de ERC y otros, y los “progres” en general, que limpian su conciencia con la celebración. Un espectáculo, en fin, tan estúpido, como inútil y bochornoso.

Un verdadero republicano que permanece fiel a la idea de la República no puede caer en eso. Quienes promovemos la IIIª República hemos de ser, ante todo, intransigentes en los principios de libertad, igualdad y fraternidad, y de democracia política que la fundamentan, pues solo así podremos superar la oleada del oportunismo, especialmente del oportunismo izquierdista, que combina la nostalgia del pasado con la corrupción desenfrenada del presente. A quienes participamos activamente en la acción republicana, todo eso nos satura y nos aburre.

La historia de la República en España está inevitablemente asociada a la historia de dos fracasos. El del federalismo de la Iª República, que se pretende emular actualmente por los muy monárquicos nacionalismos periféricos, y el del parlamentarismo de la IIª República que dicen aspirar a restaurar los que la añoran. Respecto a estos últimos, debemos recordar que el Pacto de San Sebastián no definió la esencia ni el modo de crear la República, y ésta llegó de modo imprevisto, por la crisis de la monarquía, y se instaló en un Estado de pura precariedad. La IIª República fue primero destruida por los afanes de los revolucionarios y los errores de los republicanos. Y, luego, fue aniquilada por la guerra civil que no supieron evitar. Sólo quedó de ella la dignidad del sentimiento republicano, hasta que los partidos que dijeron defenderla, se aliaron con los restos de la Dictadura para legitimar el fraude político de la transición, creando la actual Monarquía de un Rey nombrado por Franco.

Sin conocer las causas de los fracasos republicanos y sin saber la naturaleza de las instituciones políticas necesarias para la IIIª República, las propuestas republicanas no son más que ridículos e inútiles ejercicios de sentimentalismo para adormecer almas cándidas, o para espolear aventurerismos irresponsables. La IIª República fracasó porque le faltó uno de los pilares de la libertad política, el de la separación de poderes. Fue un sistema representativo, pero no democrático. Por eso no logró evitar la guerra civil.

Ignorantes de todo ello, los republicanos de la nostalgia esperan que la República llegará de nuevo por azar, como fruto indirecto del avance de la democracia y de la autodestrucción de la monarquía partitocrática, cada vez más sumida en la crisis. Grave error, pues la falsa democracia de la Monarquía Partitocrática no traerá la República, sino que será la República la que instaure la verdadera democracia y la que derribe la monarquía.

Para los republicanos que realmente lo somos no vale la pena seguir suspirando por las fracasadas repúblicas fenecidas ni intentar imponer los viejos amores de la Iª o IIª República a las nuevas generaciones. Como dijo Trevijano, con cita de Santayana, “no hay tiranía peor que la de una conciencia retrógrada o fanática que desea oprimir a un mundo que no entiende en nombre de otro mundo que no existe”. Nada hay más contrario al republicanismo que seguir reivindicando el pasado de las viejas repúblicas fracasadas frente al porvenir de la nueva República a crear.

Ha llegado la hora de arrinconar las viejas historias, las apolilladas banderas, las telarañas mentales y la nostalgia del pasado. Ha llegado la hora de empezar a trabajar de verdad por la IIIª República Española. Este 14 de abril de 2007 ha sido el último en que hemos mirado hacia el pasado. Ha sido una mirada de adiós definitivo. No volveremos a la añoranza. Ya solo trabajaremos para el futuro.

Salud y República

Publius (CR3)

30 marzo, 2007

ESTE AÑO EL 14 DE ABRIL CAE EL DÍA 12




Celebrar el 14 de abril ha sido una constante de los republicanos españoles durante los últimos setenta y seis años. Pese al olvido a que se quiso relegar entre 1939 y 1975; pese al repudio expreso o tácito de los “nuevos monárquicos”, que vergonzantemente se llaman “juancarlistas” para disimular, surgidos desde 1976, al calor del poder. Pese a unos y otros, la rememoración del 14 de abril significa reivindicar los principios de la libertad y la democracia, por poco afortunada que fuese la segunda experiencia republicana de España. Antes de 1931, los republicanos conmemoraban el 11 de febrero, fecha de la proclamación de la Primera República que, no por menos afortunada, el Club Republicano conmemora cada año. Desde 1908, el 11 de febrero se celebró ante el Monumento a Castelar, al igual que hacemos los integrantes del Club Republicano cada año.

Las Repúblicas Españolas significaron, pese a todo, la culminación de los proyectos democráticos iniciados en nuestro país desde 1812, en Cádiz, con la aprobación de la primera Constitución. Las circunstancias que rodearon la proclamación de la IIª República, los acontecimientos que la hicieron viable, son bien conocidos: la renuncia de los monárquicos a seguir apoyando la monarquía, tras la Dictadura, dejó en manos de la conjunción republicana todo el poder. Por elemental sentido del deber, ante el vacío de poder creado por la huida del rey, la República nació y asumió la gobernación de España -como en 1873- con plena legitimidad. Desgraciadamente, como también había pasado con la Iª República, el régimen que sucedió a la IIª no tuvo esa misma legitimidad y nunca la buscó, ya que nació de la fuerza de las armas.

Quizá lo peor del franquismo no fue tanto la guerra y la destrucción de la República -con ser ambas terribles-, como la larga duración del régimen personalista y tiránico creado por el general Franco. La peor lacra que dejó el franquismo fue sin duda la minuciosa destrucción continuada, durante cuarenta años, de cualquier cosa que significase conciencia ciudadana. El franquismo persiguió con notable celo a los comunistas, cuyos militantes fueron objeto de especial acoso por la policía política del régimen. Pero en lo ideológico y en lo político el franquismo desplegó sus mayores esfuerzos en ahogar la corriente de libertad y democracia existente en nuestro país desde 1812. De esa larga y concienzuda tarea de destrucción, junto con las políticas de exclusión seguidas contra el republicanismo desde 1976, proceden gran parte de las dificultades que hemos encontrado los republicanos para mantenernos dignamente en pie. Que el nuevo siglo XXI sea el tiempo propicio para que nuestro país se incorpore definitivamente a la modernidad y que profundice y afiance la libertad y la democracia, dependerá en gran parte de nosotros, los republicanos.

El día 12 de abril, en el Ateneo de Madrid, se celebrará un gran acto del Movimiento de Ciudadanos hacia la República Constitucional, organizado por el Club Republicano, que contará con la intervención de D. Antonio García Trevijano y que estamos seguros que va a ser el acto republicano más importante de este año.

Por la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, VIVA LA REPÚBLICA

Pedro López Arriba
(Presidente del CR3)

04 marzo, 2007

ZP VETE


Los últimos acontecimientos relativos a la situación penitenciaria del asesino en serie Ignacio De Juana Chaos me han afectado de tal forma que mi espíritu se debate entre la ira y la melancolía.
Soy consciente de que nada puedo esperar, en lo tocante a la libertad y la democracia, de un régimen de oligopolio de partidos políticos que no da cancha a los ciudadanos ni espera de ellos nada que no sea la participación en el remedo de elecciones libres que suponen, en nuestro país, las consultas electorales al uso, donde el elector ha de elegir entre una oferta de listas electorales cerradas y bloqueadas que responden al reparto de influencias y poder interno del partido político impulsor de cada una de ellas.
Debido a esto, mi postura personal es la de no participar en este régimen de corrupción y propugnar el advenimiento de una III República en España, que diera lugar a la construcción de un sistema político en el que imperase la libertad política, mediante la elección del cuerpo legislativo a través de distritos uninominales a dos vueltas y la separación efectiva de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), con la elección directa por los electores de los dos primeros.
No obstante, el devenir de la cosa pública en España desde las últimas elecciones, singularizadas por el atroz atentado en los trenes de cercanías de Madrid me lleva a reconsiderar mi actitud debido a lo siguiente:
- El PSOE ha conformado un bloque con los partidos nacionalistas/independentistas e IU al objeto de formar una mayoría de gobierno, en uso de su derecho a ello.
- En cumplimiento a los compromisos emanados del pacto antes citado, el PSOE está modificando los estatutos de autonomía de las comunidades, con el resultado del vaciado de prerrogativas del gobierno de España creando, a mi juicio, un carajal de considerables proporciones que da lugar a que los gobiernos regionales se peleen entre ellos hasta por el agua que contienen los cauces de los ríos que pasan por sus territorios.
- La potenciación de estos nuevos reinos de taifas se está llevando a cabo mediante procesos regionales que imposibilitan que los españoles, en los que reside la soberanía popular, puedan dar democráticamente su opinión al respecto.
- La otra parte del expectro político, el PP, critica lo que se hace en las comunidades autónomas donde está en minoría, pero hace lo mismo en las que ostenta la mayoría de gobierno.
- El imperio de la ley es conculcado a todos los niveles por las autoridades obligadas a hacerlo respetar, tanto en el ámbito político como en el económico o en cualquier otro, según afecte o no a las ambiciones partidarias.
- Particularizando en el caso De Juana Chaos, el gobierno de la nación ha sucumbido al chantaje del terrorista, pagando un precio político que a mi entender crea un precedente de funestas consecuencias futuras.
- Ni que decir tiene que la corrupción administrativa supone la argamasa que sostiene el edificio regimental que gravita sobre los españoles, significando su modalidad de especulación inmobiliaria, sin olvidar la precariedad laboral, auténticos cánceres que devoran el cuerpo social de España.
- En todo lo anteriormente apuntado, la institución monárquica pasa de puntillas dedicándose a sus labores representativas y de oropel, demostrando su completa inanidad, siempre a mi juicio.
Es por ello que he llegado a la conclusión de que nada se puede esperar del régimen monárquico en vigor, de ninguno de sus partidos políticos ni de sus organismos de control gubernamental, aunque pienso que actualmente el papel más nocivo lo desempeña el PSOE y particularmente su Secretario General D. José Luís Rodríguez Zapatero.
Propongo con este post a mis compañeros del CR3 un debate sobre la oportunidad de lanzar una campaña tendente a lograr la dimisión del susodicho, reflejada en la imagen que encabeza este artículo y formada por la agregación a las letras ZP, que le identifican, de la V y la T, que conforman la frase: ZP VeTe. Quedando ZPVT.
Salud y República
Krlos Vilamallén

11 febrero, 2007

LA UNIÓN EUROPEA EN SU 50º ANIVERSARIO



Este año se cumple el 50º aniversario de la puesta en marcha del Tratado de Roma (1956) que significó el nacimiento de la Unión Europea, aunque entonces se llamase Comunidad Económica Europea. Estaba formada por seis países, Alemania (entonces la RFA, es decir, sólo media Alemania), Francia, Italia, Holanda Bélgica y Luxemburgo. Han pasado cincuenta años y ese proyecto inicial ha cambiado mucho.

Actualmente se llama Unión Europea y los países integrantes son ya 27, con la perspectiva de que se siga ampliando. España y Portugal se adhirieron en 1985, si bien la incorporación efectiva no se produjo hasta 1986, es decir, hace veintiún años. Las sucesivas ampliaciones han ido modificando el carácter de esa unión, que ha ido superando la mera integración económica, pero sin lograr alcanzar todavía una dimensión política real, pese a las demandas que surgen de muchos países europeos de muchos ciudadanos. Pero no parece fácil.

La puesta en funcionamiento del Euro en 2002 -pese a la importante excepción británica- ha contribuido a incrementar la integración, porque los europeos hemos logrado definir una medida común para comparar nuestro consumo y nuestras rentas, lo que nos permite empujar a nuestros Estados, por un lógico sentido del equilibrio, a realizar las necesarias armonizaciones fiscales y sociales. Pero ha sido, de nuevo, una medida esencialmente económica. El problema de la integración política se atendió durante los años 2003 y 2004, con la proposición de un Proyecto de Tratado de Constitución Europea (el texto del tratado se puede consultar aquí:
http://europa.eu/constitution/index_es.htm ) que se sometió a ratificación durante el año 2005, con resultados decepcionantes.

Los referendos celebrados en 2005 sobre el Proyecto de Tratado de Constitución de la Unión Europea celebrados en España, Francia y Holanda, determinaron un severo correctivo a las exageradas expectativas que se habían creado La participación en España fue del 40%, y en Francia y Holanda el resultado de la consulta popular fue adverso a su aprobación. Los resultados demostraron el creciente divorcio entre la ciudadanía y sus teóricos representantes políticos. Y eso, en la “democrática” Europa fue un escándalo. A fecha de hoy, sólo han ratificado el tratado 18 países.

Un buen análisis de todo ello figura en nuestra página web (
http://www.club-republicano.com/Acto030207.htm ), al que remito. Por ello desearía centrar este artículo en lo que se ha venido denominando el “Déficit Democrático” de la Unión Europea.

Y es que, en Europa, la democracia y la libertad siguen siendo objetivos no logrados. La desaparición del bloque soviético en 1990 desnudó la apariencia de democracia en la que se devolvía la llamada “Europa Libre”, sin que haya habido serios esfuerzos correctores. Al revés, la “homologación democrática” concedida a realidades tan antidemocráticas como las de Estonia, Letonia y Lituania, donde el derecho de sufragio está impedido para la población de origen ruso, que representa el 50% de los habitantes en alguno de esos países, no oculta la realidad partitocrática de los regímenes políticos de España, Alemania, Francia, Italia, Portugal, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Suecia, Irlanda y, con la salvedad del sistema representativo inglés, de todos los miembros de la Unión, los antiguos y los nuevos.

En ese contexto de limitación de la libertad y de democracia falseada, no ha sido una sorpresa el rechazo cosechado por el Proyecto de Tratado de Constitución, que no es democrática y que ni siquiera es liberal. Y es que ese es el problema de la Unión Europea: capaz de avanzar en lo económico, con graves problemas e incapaz de abordar un proceso democrático de construcción, pues su base es la oligarquía partitocrática, enormemente tiránica, pese al falso ropaje democrático del que pretende revestirse. Un serio problema para los europeos.

Aviraneta (CR3)

28 enero, 2007

SOBRE IZQUIERDAS Y DERECHAS



La izquierda y las derechas europeas y españolas, en tanto que movimientos sociales y políticos, hace tiempo que se convirtieron en puras plataformas de poder, en estrategias para la toma y control del Estado y nada más. La transición española de 1976-1978 se realizó sobre esa presunta división, lo que sólo sirvió para escamotear la realidad del fraude colosal que condujo a España desde la Dictadura franquista a la vigente Oligarquía Partitocrática, eludiendo cuidadosamente el establecimiento de la democracia.

Lejos quedan ya los momentos iniciales de esas dos referencias espaciales. Y es que derechas e izquierdas modernas tienen fechada, casi con la precisión de la hora y el minuto, su momento inicial: el episodio del recuento de sufragios, en la votación sobre el derecho al veto del soberano en la Asamblea Constituyente francesa, el 28 de agosto de 1789, dió lugar a la aparición de los términos izquierda y derecha. Para realizar el recuento, a la derecha de la presidencia se situaron los partidarios del veto real sobre las leyes, los partidarios del despotismo; a la izquierda, los partidarios de que el Rey no tuviese derecho de veto sobre las iniciativas legislativas, es decir, los partidarios del gobierno popular. En suma, derecha e izquierda significaron en su momento fundacional la metáfora espacial del pasado y del futuro.

Han pasado muchos años desde entonces y, con el tiempo, izquierdas y derechas se fueron convirtiendo en dos denominaciones vacías y asfixiantes. Pasó el siglo XIX con sus revoluciones siempre inconclusas, con la aparición del socialismo, nueva (entonces) izquierda que prometió el paraíso en la tierra. El pasado quedaba cada vez más lejos, pero los términos se mantenían. El nuevo socialismo reclamaba su carácter “izquierdista”. Y llegó el siglo XX, en el que el socialismo alcanzó sus más altas cotas en Rusia, con la aparición de la Unión Soviética (1917), así como en Alemania, con la afloración del nacional-socialismo (1933). Entre ambos, un importante dirigente del Partido Socialista Italiano, Benito Mussolini, se separó del partido para crear una nueva teoría socialista llamada a alcanzar el éxito en breve plazo: el fascismo. Los socialistas marxistas denominaron de “derecha” al socialismo nacionalista o fascismo de Italia y Alemania, sin reparar en la paradoja de que el socialismo radical o comunismo, no era sino una versión de ese mismo socialismo nacional, pero en Rusia. Todos ellos, fascismo y comunismo, se convirtieron en las más terribles dictaduras que haya conocido jamás la historia de la humanidad.

Y sin embargo, pese al fracaso de todas esas ideas que se reclamaban de “derecha” o de “izquierda”, cuando el mundo ha terminado de poner en sus sitio a todas esas ensoñaciones mitificadoras que sólo alcanzaron el desastre, la dicotomía sigue viva y con una virulencia creciente. En la política española actual, hay muchos que piensan que es preferible una Monarquía de “izquierdas” (léase el Rey con un gobierno del PSOE) que una República democrática, a la que se llega a calificar, a veces, como “república de derechas”.

Quizá por todo ello sea preciso retomar hoy, de nuevo, el viejo camino abandonado, la senda perdida del combate más intransigente por la libertad real, por la igualdad efectiva y por una justicia social eficaz. Retomar las ideas y programas del discurso que nace de la Democracia, que ha sido la gran ausente en nuestras sociedades europeas. Porque aún hay muchas Bastillas que derribar, aunque sean Bastillas en las que se encierran, junto a los caducos monarcas, las no menos caducas izquierdas socialistas.

Pla