23 septiembre, 2012

El fantasma del rescate amenaza el tinglado de las autonomías

Por su evidente interés, reproducimos este artículo publicado el 22.09.2012 en el diario digital "El Economista.es", firmado por José María Triper.


Si en algo están de acuerdo hoy los dos grandes partidos españoles es en que no quieren el rescate. El uno, el PSOE, lo ha dicho abiertamente. "Yo no lo pediría", aseguraba Pérez Rubalcaba en la televisión. Y el otro, desde el Gobierno, sigue dando largas, con Rajoy mirando al cielo a ver si escampa. Al fin y al cabo es quien más tiene que perder.

Primero, porque el rescate es un fracaso colectivo de la clase política española y de la imagen del país, pero principalmente es un fracaso del Gobierno, de su política económica, y un fracaso personal del presidente. Y, en segundo lugar, porque todos los gobiernos de los países que lo han solicitado, han dimitido o se han visto obligados a dejarlo.

Pero, con independencia de estas razones, existen otras de supervivencia, que son las que les une a todos, incluidos los nacionalistas. La defensa de sus sueldos, de sus privilegios y de su capacidad de financiarse. Porque nuestros políticos, de toda índole, ideología y condición, se han convertido en una casta a la que le preocupa fundamentalmente su propia supervivencia y mantenerse. Y, saben, porque está escrito, que el rescate obligaría a hacer lo que hasta ahora se han resistido a realizar, una drástica reducción de una estructura del Estado elefantiásica.

Más de 163.000 millones de euros nos costaron las autonomías en 2011, el 15 por ciento del PIB. Un orgía de derroche a la que se suman los más de 8.000 ayuntamientos, el doble que Alemania, las fundaciones locales, regionales y estatales, y hasta un Senado que cada vez sirve para menos y se parece más a ese "lujo constitucional" como le definió Camilo José Cela. Una auténtica locura que en Europa ni entienden, ni están dispuestos a consentir y a financiar.

Y ahí es donde el rescate les va a obligar a recortar. Pero claro, eso les supone perder ingresos, poder, fuentes de financiación personales y de los partidos y mandar a muchos políticos, familiares, amigos y demás Nepotes a apuntarse al paro. Y, eso no lo van a consentir. Que haya 6 millones de españoles en el desempleo, pase; pero que les toque a ellos, eso ni de broma.

En la ilustración que hemos preparado para este post, basada en una viñeta del dibujante franco-británico Nicolás Vadot, se nos ha colado un campechano surfista. ¿Podrías identificarlo?