22 diciembre, 2006

Obligadas felicitaciones

En estas fechas resulta obligado el felicitar, tanto las Pascuas como la salida del año que finiquita y la entrada en el nuevo que principia.

El Club Republicano 3, felicita todo lo felicitable a los visitantes de Debate Republicano y lo hace en verde que es el color de la Esperanza.

El CR3, demostrando que no es una asociación sectaria, permite la utilización de su espacio particular y republicano, a la competencia dinástica facilitándole la comunicación con vosotros:

18 noviembre, 2006

LA NEGOCIACIÓN CON ETA. UN PUNTO DE VISTA EN CLAVE REPUBLICANA.


Cuando un grupo de republicanos nos decidimos a poner en marcha un apartado de debate en nuestra Web del Club Republicano, estaba claro que uno de los primeros temas a abordar sería el llamado "proceso de Paz". Y allá vamos.

Para nuestro estupor, venimos asistiendo a una serie de despropósitos que pueden terminar conduciendo a la Nación española a un callejón sin salida.
Llevamos dos años contemplando como se le da a la palabra "paz" un carácter taumatúrgico. Lógico, desde las filas socialistas y de la izquierda "progre" que le dan el mismo carácter al liderazgo del Sr. Rodríguez zapatero.
Sí, carácter taumatúrgico, como si las palabras por sí solas, o las ocurrencias, más o menos frívolas, obraran milagros.
Para los republicanos, solo cabe tratar el fenómeno terrorista desde la clásica trilogía: Libertad, Igualdad y Fraternidad. Analicemos a la luz de este grito intemporal lo que está ocurriendo:
Libertad.
Hablar de que existe libertad, cuando todos aquellos que disienten de la visión nacionalista en el País Vasco tienen que llevar escolta, no deja de ser un sarcasmo.
Hablar de libertad, cuando se somete al chantaje a los empresarios, ya sean estos grandes, medianos o pequeños, no deja de ser una grave irresponsabilidad.
Hablar de libertad, cuando antes de opinar de política en los espacios abiertos, tienes que mirar a tu alrededor para ver quién escucha, no deja de ser un brindis al sol.
En suma, cuando las distintas secciones del entramado terrorista se apropian de la calle, imposibilitando la convivencia pacífica, solo es un ejercicio de voluntarismo.
Decididamente, un gobierno que es incapaz, por acción u omisión, de garantizar la libertad de sus ciudadanos, no merece tener dicha responsabilidad.
Igualdad.
No existen ciudadanos libres sin un Estado que garantice dicha libertad bajo el amparo de leyes justas. Leyes que son aplicadas por jueces y tribunales independientes. Leyes que son aplicadas, independientemente de quién es el sujeto juzgado, su posición social, su adscripción política, etc.
No tiene razón de ser la existencia del Estado moderno si es incapaz de garantizar la vida pacífica de sus ciudadanos, y sancionar a aquellos que quebrantan dicha convivencia.
No existe igualdad, si no existen leyes justas y un sistema judicial independiente. Esto que parece bastante obvio, es algo que se ha olvidado desde las filas del actual gobierno.
Más que eso. Asistimos a un despliegue de vileza sin parangón desde la Fiscalía General del Estado, que entiende la justicia como un instrumento circunstancial al servicio del gobierno de turno.
Observamos, toda clase de presiones contra los órganos jurisdiccionales encargados de entender de los delitos de terrorismo.
Contemplamos con estupor, como las peticiones de penas se asemejan al discurrir de una montaña rusa. Tan pronto se solicitan noventa años, como seis. Que más da.
Que importa que al final de todo esto, solo quede el descrédito del sistema judicial español y de nuestro ordenamiento jurídico en esta materia. ¿Cuándo se está actuando con imparcialidad y justicia?, ¿cuándo se solicitan noventa años o seis años?
Si al final todo esto acaba mal, lo cuál parece más que probable, ¿quién podrá considerar justas y equitativas las condenas que se dicten sin condicionamientos políticos? El daño será irreparable. El resultado: la deslegitimación de la lucha antiterrorista por medios legales.
Fraternidad.
Y qué decir de la debida fraternidad con las víctimas del terrorismo. Parece que desde el gobierno se quiere volver a la época de las catacumbas. Sí, aquella en el que las víctimas se tenían que esconder. Época no tan lejana. Tiempos en los que sólo podían aspirar a un entierro clandestino y al cobro de míseras indemnizaciones.
Si no fuera por que lo estamos viendo, se diría que no es posible tanta miseria humana. Se les demanda un enésimo sacrificio más, el de mirar hacia otro lado, ante la más que probable liberación-excarcelación de los verdugos de sus familiares y amigos. Un sacrificio más. Al parecer no han hecho suficientes sacrificios hasta la fecha. Al parecer no es suficiente con el cuerpo legislativo que ha posibilitado cumplimientos de cárcel irrisorios, en comparación con el daño realizado. Lo dicho, demasiada miseria.
Y no olvidamos el descrédito al que se está llevando al Parlamento. Se hurta a la sede de la soberanía nacional el debate sobre este asunto. Se arrincona a la oposición, y lo que esta representa: casi la mitad de la ciudadanía que vota. Ahí es nada. Se enuncian los derroteros de este proceso en los pasillos y salas. En rueda de prensa. Se nos dirá que esto es la democracia deliberativa y parlamentaria. Sectarismo e irresponsabilidad podríamos llamarlo, y nos quedaríamos cortos.
En suma, estamos ante el ejercicio más irresponsable y demagogo de la jefatura de gobierno desde que murió el Dictador.
Nos encontramos ante un personaje que quiere engañar a todos, y lo que es más difícil, hacerlo al mismo tiempo.
Ante un personaje insolvente, tanto en lo intelectual, como en lo político. En suma, ante un frívolo que después de haber gastado todo su crédito, pide que sean los demás los que corran con los gastos.
Alguien podría decirnos, dónde, y cómo anunció en su programa electoral el PSOE este despropósito. ¿Dónde aparecía esta cláusula del contrato electoral suscrito con la Nación?
Podemos decir sin ruborizarnos, que estamos asistiendo a una nueva suerte de despotismo, por desgracia poco ilustrado, por el cuál, se toman decisiones que nadie ha autorizado a llevar a la práctica. Una suerte de aval para cualquier ocurrencia, eso sí ilimitado.
Para finalizar, nada nos alegraría más que ver el final del terrorismo etarra. Sin embargo, estamos profundamente convencidos de que el derrotero actual es marcadamente equivocado.
Ningún pueblo puede sobrevivir con dignidad, si se cede al chantaje de la violencia, sean cuáles sean las reclamaciones que se escondan detrás.
Solo desde la fortalece de lo que representa el estado moderno, el estado surgido de la Ilustración, es decir, desde aquel que garantiza la "Libertad, Igualdad y Fraternidad" de sus ciudadanos, es posible acabar con el terrorismo.
Lincoln

10 noviembre, 2006

Memoria histórica republicana

Durante el presente año, so capa de la memoria histórica, los españoles en un rasgo cainita que ya apesta, han vuelto a tirarse, los unos y los otros/los rojos y los fachas, los muertos de la Guerra Civil a la cabeza. Quiero, con la aportación de este expléndido artículo encontrado en la web, rendir un homenaje a las víctimas de aquél deplorable conflicto, sin diferenciar entre ellas origen, ideas profesadas o las circunstancias en que encontraron la muerte: bien en el ardor de la batalla, bien en el horror desesperanzado de una ejecución. Y para no caer en el hispano cainismo que rechazo y denuncio, este homenaje se ejemplariza en D. Melquíades Álvarez, político republicano victimado por asesinos igualmente republicanos. Que España nos perdone a todos. (Krlos Vilamallén)

MELQUÍADES ÁLVAREZ, la ética como modelo político

Una de las personalidades asturianas más sobresalientes en el primer tercio del siglo XX es el gijonés Melquíades Álvarez González-Posada. Discípulo de Clarín y catedrático de la Universidad de Oviedo, fue desde 1901, casi sin interrupción, hasta el final de su vida, diputado a Cortes.

Desde su primera intervención parlamentaria, el 10 de julio de 1901, fue considerado por todos, como el digno sucesor de Emilio Castelar, dadas sus excelentes dotes como orador, y llamado por sus contemporáneos "el Tribuno" y "el pico de oro".

Durante doce años, "el Tribuno" denuncia en el Parlamento los males que sufría el país. Un ejército dominante sobre la sociedad civil; una Iglesia católica que ejercía una tutela teocrática sobre la vida política; una monarquía donde el Rey reina y gobierna; una Constitución democrática en el papel, pero arbitrariamente aplicada en la práctica; y unos partidos dinásticos basados en el clientelismo, el caciquismo y el fraude electoral.

Por tanto, no es de extrañar que Melquíades Álvarez, un hombre de leyes y liberal, republicano y laico, fustigase toda aquella escoria que padecía nuestro desgraciado país. Un país que en 1900 tenía un 70% de analfabetos frente al 16% de Francia, por ejemplo.

A la muerte de Nicolás Salmerón hubiera podido convertirse en el máximo responsable de la Unión Republicana pero renunció, pues estaba pergeñando la idea de fundar un nuevo partido político. Consideraba que la lucha entre Monarquía y República era estéril y lo importante era democratizar y modernizar el sistema político español. Es su teoría de la accidentalidad de la formas de gobierno. En 1913, nace el Partido Reformista, del que será su máximo líder hasta que en 1931 lo transforme en Partido Republicano Liberal Demócrata.

El momento elegido era apropiado. Desaparecido el líder republicano José María Esquerdo y el presidente liberal demócrata José Canalejas, Melquíades trata de ocupar el espacio político dejado por ambos, es decir, un liberalismo progresista. Por ello, el Partido Reformista ocupó una posición de centro-izquierda, con un programa claro y preciso: impulsar la enseñanza como motor fundamental del futuro del país, limitar las prerrogativas reales, separación de la Iglesia y el Estado, reformar el Senado, supremacía del poder civil sobre el militar, terminar con el caciquismo, reforma fiscal, fomento de las obras públicas, e incorporar España a los países más desarrollados de Europa. Por desgracia, Melquíades no pudo aplicar su programa reformista debido, fundamentalmente, a la ceguera y la incapacidad política de un Rey que fue un desastre para España. Aunque ahora algunos plumíferos tratan de reescribir la historia y presentan a Alfonso XIII como un personaje glorioso, el rigor histórico nos habla de un Rey militarista, autoritario, ignorante, cruel, déspota y antidemócrata, como tengo explicado en varios textos publicados.

Pues bien, el programa reformista que Melquíades no pudo plasmar en vida, tardó más de 65 años en hacerse realidad. Entre 1978 y 1985, lo llevó a la práctica, en la mayoría de los temas, Adolfo Suárez, y, en otros, Felipe González. Por ello, calificamos a Melquíades Álvarez como un político magistral, con una clara visión de futuro, un político de una talla descomunal en un país de enanos, un político de talante europeo que hubiera triunfado en Francia o en Gran Bretaña, pero que fracasó en una España controlada por los sables, las sotanas y los cortesanos de un Rey indigno y nefasto. Además, no debemos olvidar que tenía razón el tribuno asturiano cuando afirmaba que "El problema de España es un problema de cultura y de ética". Palabras que continúan teniendo plena vigencia en la actualidad.

En 1917, la alianza formada entre reformistas, nacionalistas, republicanos y socialistas, propuso a Álvarez como presidente de un gobierno provisional con la misión de convocar Cortes Constituyentes pero el Rey frustró la posibilidad de modernizar el país. En mayo de 1923, Melquíades fue elegido presidente del Congreso de Diputados, antesala de la presidencia del Consejo de Ministros, pero el golpe militar del general Primo de Rivera, apoyado por Alfonso XIII, desbarató la carrera política del insigne tribuno.

Cuando llegó la República, la animadversión de influyentes personajes como Manuel Azaña e Indalecio Prieto, influyeron en la trayectoria vital de Álvarez. En vez de atraerle hacia la conjunción republicano-socialista, le empujaron hacia posiciones moderadas.

Criticó la ausencia de consenso en la elaboración de la Constitución de 1931, pues consideraba que era necesaria una Constitución "de todos" para consolidar el régimen republicano, haciendo suyas las proféticas palabras del presidente francés Jules Grevy, cuando en 1875 anunció "Hay que hacer una República que no asuste a nadie". Con el nuevo PRLD, situado en el centro-derecha, pactó con Lerroux y con Gil Robles. La insurrección contra la legalidad republicana de octubre de 1934, motivó una rotunda condena de Melquíades. A lo largo de 1934 y 1935, ministros melquiadistas formaron parte de los sucesivos gobiernos de coalición de centro-derecha, presididos por Alejandro Lerroux y Ricardo Samper.

Los odios cainitas desatados durante la guerra civil, trajeron, entre otras innumerables desgracias, el alevoso asesinato de Melquíades Álvarez, a manos de un grupo de anarquistas incontrolados.

Con la trayectoria política de Álvarez que hemos tratado de resumir, no resulta extraño que sea difícil de asumir por los actuales partidos mayoritarios. El PP, no puede aceptar el Melquíades republicano y laico, por ello prefieren ignorar esa etapa y reivindicar únicamente el periodo final de su vida, la que va desde 1932 a 1936. Para prueba, tenemos la "Fundación Melquíades Álvarez" patrocinada por el PP, incapaz de organizar nada importante sobre el personaje.

Por su parte, el PSOE, que debería haber reivindicado la figura de Melquíades, especialmente entre 1890 y 1931, no le perdonará jamás su actitud ante la revolución de octubre de 1934 y su alianza con la CEDA de Gil Robles.

Sin embargo, no debe extrañarnos semejante ambigüedad. Un ciudadano liberal y laico, de una impresionante cultura, crítico con el poder, de una rectitud intachable, de una honradez irreprochable, poco dado a componendas, y la ética como norte, tiene difícil ubicación en un sistema de partidos como el actual, caracterizado precisamente por todo lo contrario.

Escrito por D. José Girón Garrote, el lunes, 28 de agosto de 2006 , en el blog de la página web de la ASOCIACIÓN PARA EL PROGRESO DE ASTURIAS.

29 octubre, 2006

EL REPUBLICANISMO EN EL SIGLO XXI


La monarquía parlamentaria establecida en 1978, tras veintiocho años de singladura, precedidos de otros tres años de Transición (1975-1978), ha conducido a España a una grave crisis. Crisis institucional, crisis de Estado y crisis nacional. En los últimos tres años se ha acelerado el deterioro del sistema definido en 1978 hasta llegar a la situación actual: la Constitución está a un paso de quedar como un mero enunciado teórico, sin aplicación posible en la vida política española.
Los intentos de 1978 por liberalizar el franquismo han terminado por configurar un gobierno de oligarquías partitocráticas y económicas, completamente ajeno a las formas democráticas. Un gobierno que considera la división de poderes una mera anécdota. Ningunea al Parlamento y somete la independencia del Poder Judicial. Un régimen dispersivo que diluye la Nación y el Estado en provecho de las élites nacionalistas que, aspiran a incrementar su poder territorial mediante la deconstrucción del país en naciones más pequeñas.
El republicanismo español del siglo XXI ante esta situación, no puede seguir mirando atrás, no puede seguir añorando un irretornable 14 de abril, ha de olvidar el estéril pasado de una destructiva guerra civil y ha de retomar el camino de la reivindicación y defensa intransigente de la Democracia Política. El republicanismo ha de reagruparse y redefinirse en función de los valores que ha generado en su historia y que constituyen su razón de ser. Porque para quienes nos reclamamos herederos de la lucha por el desarrollo y avance de la civilización, que eso es la lucha por la libertad y la democracia, el tríptico de libertad, igualdad, fraternidad, está vivo y continúa vigente.
Libertad, o lo que es lo mismo, Estado de Derecho, imperio de la ley; Igualdad, o lo que es lo mismo, soberanía nacional; Fraternidad o, lo que es lo mismo, solidaridad y justicia social. Sobre los principios clásicos del republicanismo afirmamos los nuevos principios cívicos para el presente y el futuro: la iniciativa individual como motor del progreso, la defensa de los consumidores y la lucha contra los monopolios, la generación y el reparto de la riqueza y del conocimiento, la solidaridad global, las causas humanitarias, el cuidado y la protección del medio ambiente, y la defensa de las derechos individuales y de la democracia.
La política del régimen no da más de sí que el ya conocido ir y venir del PSOE al PP, con los riesgos que la lucha feroz entre partidos termine por desestabilizar todo el engranaje y destruya nuestro marco nacional de convivencia: España. Nada se puede esperar de ellos si aspiramos a hacer avanzar a España por el camino de la Democracia Política. Hoy, veintiocho años después de 1978, los republicanos no consideramos como ideal el sistema surgido de la Transición/Transacción, pero intuimos que lo que se avecina es mucho peor para el conjunto de los ciudadanos de este país. Como republicanos, proponemos un gran proyecto de reforma democrática que conduzca a España, desde la actual monarquía parlamentaria, a la República Constitucional.
(CLUB REPUBLICANO 3)

27 octubre, 2006

Número "0", en pruebas, de DR

Se crea este blog para que sea ágora de debate ciudadano para aquellos que deseen participar en la creación de una base republicana, democrática y libre.
El Club Republicano 3 edita este blog como servicio a los españoles interesados en lograr una España con libertad y dignidad políticas.