11 febrero, 2007

LA UNIÓN EUROPEA EN SU 50º ANIVERSARIO



Este año se cumple el 50º aniversario de la puesta en marcha del Tratado de Roma (1956) que significó el nacimiento de la Unión Europea, aunque entonces se llamase Comunidad Económica Europea. Estaba formada por seis países, Alemania (entonces la RFA, es decir, sólo media Alemania), Francia, Italia, Holanda Bélgica y Luxemburgo. Han pasado cincuenta años y ese proyecto inicial ha cambiado mucho.

Actualmente se llama Unión Europea y los países integrantes son ya 27, con la perspectiva de que se siga ampliando. España y Portugal se adhirieron en 1985, si bien la incorporación efectiva no se produjo hasta 1986, es decir, hace veintiún años. Las sucesivas ampliaciones han ido modificando el carácter de esa unión, que ha ido superando la mera integración económica, pero sin lograr alcanzar todavía una dimensión política real, pese a las demandas que surgen de muchos países europeos de muchos ciudadanos. Pero no parece fácil.

La puesta en funcionamiento del Euro en 2002 -pese a la importante excepción británica- ha contribuido a incrementar la integración, porque los europeos hemos logrado definir una medida común para comparar nuestro consumo y nuestras rentas, lo que nos permite empujar a nuestros Estados, por un lógico sentido del equilibrio, a realizar las necesarias armonizaciones fiscales y sociales. Pero ha sido, de nuevo, una medida esencialmente económica. El problema de la integración política se atendió durante los años 2003 y 2004, con la proposición de un Proyecto de Tratado de Constitución Europea (el texto del tratado se puede consultar aquí:
http://europa.eu/constitution/index_es.htm ) que se sometió a ratificación durante el año 2005, con resultados decepcionantes.

Los referendos celebrados en 2005 sobre el Proyecto de Tratado de Constitución de la Unión Europea celebrados en España, Francia y Holanda, determinaron un severo correctivo a las exageradas expectativas que se habían creado La participación en España fue del 40%, y en Francia y Holanda el resultado de la consulta popular fue adverso a su aprobación. Los resultados demostraron el creciente divorcio entre la ciudadanía y sus teóricos representantes políticos. Y eso, en la “democrática” Europa fue un escándalo. A fecha de hoy, sólo han ratificado el tratado 18 países.

Un buen análisis de todo ello figura en nuestra página web (
http://www.club-republicano.com/Acto030207.htm ), al que remito. Por ello desearía centrar este artículo en lo que se ha venido denominando el “Déficit Democrático” de la Unión Europea.

Y es que, en Europa, la democracia y la libertad siguen siendo objetivos no logrados. La desaparición del bloque soviético en 1990 desnudó la apariencia de democracia en la que se devolvía la llamada “Europa Libre”, sin que haya habido serios esfuerzos correctores. Al revés, la “homologación democrática” concedida a realidades tan antidemocráticas como las de Estonia, Letonia y Lituania, donde el derecho de sufragio está impedido para la población de origen ruso, que representa el 50% de los habitantes en alguno de esos países, no oculta la realidad partitocrática de los regímenes políticos de España, Alemania, Francia, Italia, Portugal, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Suecia, Irlanda y, con la salvedad del sistema representativo inglés, de todos los miembros de la Unión, los antiguos y los nuevos.

En ese contexto de limitación de la libertad y de democracia falseada, no ha sido una sorpresa el rechazo cosechado por el Proyecto de Tratado de Constitución, que no es democrática y que ni siquiera es liberal. Y es que ese es el problema de la Unión Europea: capaz de avanzar en lo económico, con graves problemas e incapaz de abordar un proceso democrático de construcción, pues su base es la oligarquía partitocrática, enormemente tiránica, pese al falso ropaje democrático del que pretende revestirse. Un serio problema para los europeos.

Aviraneta (CR3)